Cocodrilos en las playas de Vallarta en inicio de año: riesgo latente que exige precaución
La belleza natural de Puerto Vallarta no solo atrae a miles de turistas cada año, sino también a fauna silvestre que convive estrechamente con las zonas urbanas; en días recientes visitantes y residentes han reportado la presencia de cocodrilos en varias playas icónicas como la del Holy, Marina y Boca de Tomates, así como en la playa de Los Tules y en la desembocadura del río Cuale.
Estos reptiles, principalmente ejemplares de cocodrilo de río, son comunes en la región debido a la cercanía de sus hábitats naturales, como los manglares y cuerpos de agua dulce en la Bahía de Banderas.
Los cocodrilos pueden medir entre 3 y 5 metros en su etapa adulta y desempeñan un papel crucial en el equilibrio ecológico de los ecosistemas locales.
Sin embargo, su presencia en zonas frecuentadas por humanos representa un riesgo potencial, especialmente para los turistas que desconocen la fauna del lugar. Un testimonio recibido en este medio relata lo siguiente:
“Las personas que vayan a la playa del Holly donde desemboca el río Pitillal cerca del restaurante llamado Oasis deben tener más cuidado al meterse al río”.
El reporte refiere que antier al mediodía un padre de familia descuidó por un momento a su hijo y este caminó hacia el río ya que hicieron una rampa de tierra para poder bajar (se desconoce el porqué) y en ese preciso momento se encontraba el cocodrilo que habita ahí.
El relato agrega que el niño ya se dirigía a la parte de los huéspedes que estaban en el edificio de enfrente, “varios nos percatamos y tuvimos que alertarlos para que tuvieran más precaución”.
El mismo testigo refiere que aunque hay letreros de advertencia de la presencia de cocodrilos para muchos turistas pasan desapercibidos y no se dan cuenta del peligro que hay en ese lugar que de acuerdo con la opinión -se ve muy hermoso pero es lo opuesto-.
También la playa de Boca de Tomates, la vena de Los Tules y otros canales urbanos como el aledaño a la calle Politécnico son corredores acuáticos donde los cocodrilos se desplazan en busca de alimento o refugio, lo que los lleva a acercarse a las playas y desarrollos turísticos.
Aunque estos avistamientos no son nuevos en la región, el aumento de la urbanización y la expansión turística aumentan el riesgo de encuentros fortuitos entre humanos y cocodrilos
Ante esta situación, las direcciones de Protección Civil municipal y estatal han emitido recomendaciones para prevenir incidentes: Evitar nadar en zonas con advertencias sobre cocodrilos, mantener una distancia segura y respetar su hábitat natural.