Cocodrilo ejecuta “Giro de la Muerte” en playa Flamingos (Video)
Un cocodrilo de gran tamaño fue asegurado este jueves por la Dirección Municipal de Protección Civil en Playa Flamingos, Puerto Vallarta. El ejemplar, de más de dos metros y medio de longitud, sorprendió a propios y extraños al ejecutar el llamado “Giro de la Muerte” sobre tierra firme mientras intentaba zafarse de las amarras colocadas por los rescatistas.
Las imágenes del momento se viralizaron rápidamente en redes sociales, mostrando al cocodrilo girar de forma continua sobre su eje al menos 18 veces. Esta técnica, que suele utilizarse bajo el agua para despedazar a sus presas, fue ejecutada esta vez como una reacción defensiva en un contexto urbano y controlado.
De acuerdo con lo informado por la Dirección Municipal de Protección Civil y Bomberos, el operativo fue realizado por personal del área de Guardavidas. La intervención fue exitosa, sin que se registraran incidentes con bañistas ni daños al ejemplar, que fue finalmente inmovilizado por el equipo tras varios intentos.
Luego de ser asegurado, el cocodrilo fue reubicado en su hábitat natural, específicamente en la zona de Boca de Tomates. Esta área es reconocida como uno de los puntos de mayor presencia de fauna silvestre en el municipio, y permite mantener a estos animales en condiciones seguras y alejados de la actividad turística.
Las autoridades municipales recordaron a la ciudadanía la importancia de no acercarse a ejemplares de fauna silvestre y reportar cualquier avistamiento de inmediato. Esta recomendación busca prevenir incidentes que puedan poner en riesgo tanto a las personas como a los animales.
El “Giro de la Muerte” es una maniobra ampliamente documentada por especialistas en reptiles. Consiste en que el cocodrilo gira sobre su propio cuerpo mientras mantiene una mordida firme sobre su presa, desgarrándola mediante la fuerza centrífuga generada por el movimiento.
Aunque se trata de una estrategia de caza efectiva, estudios recientes indican que el uso frecuente de esta técnica puede provocarles lesiones internas, especialmente estrés torsional en el cráneo. Esto se debe a las limitaciones biomecánicas que enfrentan los cocodrilos de gran tamaño.
