Cierran festejos guadalupanos con la llegada de la antorcha de la fe
Arropados por la feligresía guadalupana, los 65 antorchistas vallartenses culminaron su travesía en la catedral de Puerto Vallarta, donde llevaron a cabo la renovación de la Luz de Cristo. Esta luz fue compartida durante el recorrido con distintas comunidades que cada año los esperan para recibir el fuego sagrado destinado a sus iglesias y capillas.
La parada principal previa a la llegada a la Sierra de Mascota y Talpa tuvo lugar en Ameca, Jalisco, donde fueron recibidos con calidez y entusiasmo. Desde allí, iniciaron el ascenso a la Sierra Madre, haciendo pausas estratégicas. Este año, por segunda ocasión, llegaron a la comunidad de La Yerbabuena, donde encendieron los cirios sagrados.
Talpa de Allende y Mascota fueron los últimos poblados en presenciar el paso de los antorchistas, quienes, impulsados por la emoción de estar cerca de su meta, continuaron hacia Puerto Vallarta. Pasaron por localidades como Las Palmas, El Colorado, Ixtapa y Las Juntas, dejando atrás la Sierra Madre Occidental.
A las 6:30 de la tarde, el contingente llegó a las cercanías de la Unidad Deportiva, donde apenas tuvieron un breve momento para abrazar a sus familiares antes de continuar hacia la catedral de Puerto Vallarta. Durante el trayecto, fueron vitoreados como auténticos héroes por feligreses y seres queridos que se congregaron para recibirlos.
Al arribar a la catedral, el obispo de Tepic, Luis Artemio Flores Calzada, los recibió en la entrada y les brindó una bendición con agua bendita. El sagrado recinto, completamente lleno, resonaba con cantos y aplausos mientras los antorchistas avanzaban hacia los pies de la Virgen de Guadalupe, donde entregaron la antorcha sagrada.
En ese momento, el obispo felicitó a los participantes por su logro, destacando el esfuerzo y la fe que los llevaron a completar esta travesía. El canto del Antorchista se escuchó en todos los rincones de la catedral, que estaba colmada de fieles.
Finalmente, se realizó la entrega de reconocimientos, destacando la labor de la familia del señor Manuel García y de la señora Josefina Campos García, así como de todos aquellos que hicieron posible la realización de este maratón de fe. El evento transcurrió sin contratiempos y bajo condiciones climáticas favorables, permitiendo completar el extenso recorrido de más de mil kilómetros.