¿Censura o libertad de expresión?

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Calíope

Hay una frase atribuida a Göbbels: “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.

Lo que está sucediendo en la relación de Trump y los medios de comunicación norteamericanos es significativa y recoge el espíritu de dicha frase.

Después de las elecciones el pasado 3 de noviembre y de la inminente victoria del candidato demócrata, Joe Biden, diversos medios de comunicación le dieron la espalda a Trump y comenzaron una campaña de censura a los dichos, efectivamente maliciosos, del presidente.

El conteo de votos todavía no termina, sin embargo el candidato demócrata ha logrado juntar los 270 votos de los electores del Colegio Electoral con lo que obtiene la mayoría para ganar.

Pero Trump no se ha quedado callado y en repetidas ocasiones ha dicho que ganó las elecciones y que se la están robando.

Ante estas declaraciones, numerosos medios han decidido interrumpir las transmisiones porque, aseguran, no van a difundir información falsa; otras plataformas como Twitter catalogaron el contenido del presidente de Estados Unidos como engañoso.

Aquí llama la atención el hecho de que hayan cortado la transmisión de Trump por difundir contenido falso, cuando lleva años haciéndolo y nadie había tomado esas iniciativas, a pesar de saberlo.

Además es de notar que tuvieron el valor de hacerlo sólo después del virtual triunfo de Biden. Ya no le tienen miedo y se están alineando al próximo nuevo gobierno.

El tema, no obstante, es si lo medios deben censurar de ese modo, aun sabiendo que lo que se expresa es falso o tendencioso.

Libertad de expresión es un derecho que tiene el medio para decidir qué información dar, qué eventos cubrir dependiendo de cálculos comerciales y de rating o por razones políticas.

Hay veces que un medio decide ejercer cierta autocensura a partir de una decisión propia de no incomodar al poder en turno, también por un cálculo político o financiero.

Sin embargo, haber interrumpido el discurso de Trump parece excesivo no porque estuvieran esos medios obligados a hacerlo, sino por la más elemental responsabilidad de informar.

En una elección presidencial lo que tenga que decir uno de los candidatos es relevante para la sociedad y las mentiras son parte de la información misma.

Si acaso, cada medio está en su derecho de desmentir o contradecir lo dicho por el candidato.

@cromerogabriell