Cempasúchil mexicano vs chino: ¿Cómo identificar la flor original del Día de Muertos?

La flor de cempasúchil, símbolo ancestral del Día de Muertos en México, se enfrenta a su versión importada desde China. Aprende a identificar la auténtica flor mexicana que ilumina las ofrendas y preserva una tradición milenaria.
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Día de Muertos Cempasúchil

La flor de cempasúchil es uno de los emblemas más entrañables de México. Cada noviembre, su color dorado y su aroma inconfundible llenan los altares del Día de Muertos, conectando a los vivos con sus seres queridos que ya partieron. Más que un adorno, esta flor representa un puente espiritual que ha sobrevivido por más de tres mil años.

El nombre “cempasúchil” proviene del náhuatl Cempohualxochitl, que significa “flor de veinte pétalos” o “flor abundante”.

En la cosmovisión mexica, su color intenso asociado con el sol simbolizaba la energía vital y el camino de las almas hacia el reencuentro con los difuntos.

Evidencias arqueológicas demuestran que la flor era usada en ceremonias rituales mucho antes de la llegada de los españoles, lo que confirma su relevancia cultural y espiritual.

Con el paso del tiempo, se convirtió en el elemento más representativo de las ofrendas y cementerios durante el Día de Muertos.

México, cuna del cempasúchil

De las 58 especies identificadas en América, 35 crecen en territorio mexicano. Hasta 2019, Puebla lideraba la producción nacional con más de 14 mil 900 toneladas, seguida por Guanajuato, Hidalgo, Michoacán y el Estado de México, gracias a sus suelos fértiles y condiciones climáticas favorables.

Sin embargo, en los últimos años China ha tomado la delantera en la producción y exportación de esta planta, desplazando poco a poco a México, que durante décadas fue potencia en el cultivo del cempasúchil.

Día de Muertos Cempasúchil

FOTO: Especial

Cómo diferenciar el cempasúchil mexicano del chino

A simple vista pueden parecer iguales, pero existen diferencias claras que permiten identificar la flor auténticamente mexicana.

El cempasúchil nacional se distingue por tener flores grandes y voluminosas, con pétalos anchos y densos que alcanzan entre seis y doce centímetros de diámetro, e incluso pueden superar los quince.

En cambio, el cempasúchil de origen chino presenta flores más pequeñas, de apenas tres a siete centímetros, con pétalos delgados y menos compactos.

El color también es un rasgo revelador: las variedades mexicanas poseen tonos intensos, ya sea un amarillo profundo o un naranja brillante, mientras que las flores chinas suelen tener colores más pálidos, a veces con matices mezclados entre el amarillo y el anaranjado.

La altura de la planta es otro punto distintivo. La flor mexicana crece de forma alta y robusta, alcanzando de sesenta centímetros a más de un metro de altura. Por el contrario, la planta china es baja y compacta, rara vez supera los cincuenta centímetros.

En cuanto a las hojas, las del cempasúchil mexicano son largas, dentadas y muy aromáticas al frotarlas, mientras que las de la flor china son más pequeñas, delgadas y con un aroma mucho menos perceptible.

Finalmente, el uso tradicional marca la diferencia más profunda. En México, el cempasúchil es un símbolo sagrado del Día de Muertos, indispensable en ofrendas, altares y cementerios.

En cambio, en China la flor tiene un uso meramente ornamental, empleado principalmente en jardinería moderna, sin carga espiritual o simbólica asociada.

El cempasúchil mexicano no solo embellece los altares, sino que representa la memoria colectiva y la identidad cultural del país.

Reconocer y preferir las flores nacionales es una forma de honrar nuestras raíces y de mantener viva una tradición que sigue floreciendo generación tras generación.

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