La flor de Cempasúchil, infaltable decoración en Día de Muertos

Esta icónica flor es originaria de México, país en el que se producen 35 de las 56 diferentes especies registradas en el continente
0
2950
Ya comienza la producción de cempasúchil

A unas semanas de que el mes de octubre se asome en el calendario, los campos de varios estados de México comienzan a llenarse de vibrantes tonos amarillos y naranjas, anunciando la llegada de una flor que es más que un simple adorno. 

Originaria de esta tierra, la flor de Cempasúchil, cuyo nombre proviene del náhuatl “Cempohualxochitl” que se traduce como “veinte flores” o “varias flores”, desempeña un papel destacado en las festividades de Día de Muertos y Todos los Santos.

Si bien es en noviembre cuando esta flor alcanza su máxima expresión de color y fragancia, su ciclo de vida comienza en julio, después de la temporada de lluvias. 

Los antiguos mexicas relacionaban su característico color amarillo con el sol, convirtiéndola en un elemento esencial en altares, ofrendas y rituales dedicados a sus seres queridos fallecidos.

La versatilidad de la flor de Cempasúchil no se limita a adornar altares. Es un recurso valioso para diversas aplicaciones. Sus pétalos se emplean para producir colorantes naturales utilizados en la tintura de objetos, prendas y alimentos. 

En la avicultura, se usa para enriquecer la piel y las yemas de los huevos con su distintivo tono amarillo. Además, esta flor es un ingrediente crucial en la elaboración de cerveza artesanal, nieves y el tradicional pulque mexicano.

México alberga una asombrosa diversidad de la flor de Cempasúchil, con aproximadamente 35 especies de las 58 registradas en toda América. Sin embargo, son los estados de Guanajuato, Hidalgo, Michoacán y Estado de México los que ofrecen las condiciones óptimas de suelo y clima para su cultivo; no obstante, es el estado de Puebla el que ostenta el liderazgo en la producción de esta flor, que florece únicamente después de la temporada de lluvias.

La flor de Cempasúchil continúa siendo un símbolo arraigado en la rica cultura mexicana, desempeñando un papel esencial en las celebraciones que honran a los difuntos y enriqueciendo el patrimonio botánico de la nación.

Autor

  • Adolfo Torres

    Estudiante de la Maestría de Investigación en Ciencias de la Comunicación, ejerzo el periodismo desde hace más de 20 años en diferentes medios de comunicación nacionales, cubriendo principalmente fuentes de los estados de Jalisco, Nayarit y Michoacán; actualmente soy reportero web de Tribuna de México.

    Ver todas sus publicaciones