CARTAS
Foto: Milenio
Los últimos días quedaron marcados por un intenso intercambio epistolar iniciado el 17 de septiembre por el comunicado de más de 650 intelectuales, académicos y artistas de nuestro país.
No se hizo esperar la carta de réplica firmada por cerca de 30 mil apoyadores del Presidente. El 20 de septiembre, la 5ª carta abierta a López Obrador suscrita por Javier Sicilia; el 20 de septiembre la “Carta a AMLO” enviada por Rosa Albina Garavito Elías; y el 21 de ese mismo mes, la 3ª carta pública al Presidente elaborada por Dante Delgado; ese mismo día, la Carta-renuncia de Jaime Cárdenas García a la Dirección del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP).
Por lo interesante y profundo de la reflexión, a continuación se transcribe la misiva integrada de Rosa Albina Garavito Elías, exdiputada y exsenadora de la República:
“CARTA A AMLO”
“Ciudad de México, a 20 de septiembre de 2020.”
“Querido Andrés Manuel:”
“No firmé el desplegado que responde al publicado por la supuesta defensa de la libertad de expresión. Mi responsabilidad como ciudadana que aún sueña con un país plenamente democrático y justo, no me lo permite.
Si logramos ver un poco más allá de nuestra nariz, estarás de acuerdo conmigo en que la actual reyerta de desplegados sólo contribuye a crispar más el ambiente social y político, en una coyuntura que reclama de manera imperiosa la apertura al diálogo razonado para construir propuestas que saquen al país del atolladero en que se encuentra.
El mensaje del mencionado documento es: ¡Alto!, el Presidente es intocable. ¡No creo que sea esa tu postura! Menos aún cuando eres el Presidente con mayor legitimidad en la historia del país. Electoral, legal, social, moral.
Sólo quienes no tienen fuerza política necesitan ser intocables. El desplegado afirma que quienes te critican te denostan.
En mi muro de Facebook he criticado tu desprecio por la lucha de las mujeres; por las luchas de las organizaciones ambientalistas; por el fortalecimiento de los órganos autónomos; por las cifras de la violencia; por las consecuencias del austericidio presupuestal.
Por respeto a mi condición de ciudadana seguiré criticando ese comportamiento tuyo. Pero también por respeto a tu figura Presidencial.
¿A qué Presidente democrático le puede favorecer una masa de ciudadanos acríticos? Menos a uno que asumió el poder con 30 millones de votos. También critico tu falta de respeto por el Estado laico; tu falta de respuesta al clima represivo que están viviendo las comunidades indígenas en Chiapas; y tu falta de observancia de los cuidados sanitarios frente a la pandemia. Sólo por agregar tres de la mayor importancia.
Te conozco, luchamos juntos por la democracia en este país y por ello sé que no por ejercer mi derecho a la crítica pensarás que estoy denostando tu figura presidencial. Sigo con el mencionado documento.
Dice que las quejas de los y las firmantes ‘apuntan, en realidad, a acotar en forma ilegal e incluso golpista las facultades y atribuciones legales del gobierno de México’ ¿No te parece que se exceden en sus juicios? ¿Constituye una ilegalidad criticar al gobierno? ¿Acaso no fue una conquista de las luchas de nuestra generación acotar el poder concentrado en manos del Jefe del Ejecutivo y criticar con libertad las decisiones del gobierno? El desplegado utiliza además el término golpista.
¿A quién en su sano juicio se le ocurre defender al Presidente en esos términos? ¿No te parece? Dice también que es un ‘intento de amordazar al mandatario más legítimo’, y que eres ‘la expresión legítima de la mayoría absoluta de los ciudadanos’. ¡Cuidado Andrés Manuel! No oigas el canto de las sirenas. En una democracia auténtica el derecho de las minorías existe y debe respetarse. Harías un gran bien al país si se los recuerdas.
Y yo sí creo que estás utilizando inapropiadamente el espacio de tus conferencias de prensa matutinas. Otra vez: un Presidente, sobre todo con tu fuerza política, tendría que estar convocando a un gran diálogo nacional en torno a los temas ingentes de la agenda nacional, de la dramática coyuntura que vivimos. Con todos los actores sociales y políticos.
No es el caso puntualizarlos aquí, pero si un día de éstos me invitas a conversar, con gusto te los propongo.”
“Y respecto al desplegado de las 650 firmas, te digo que me pareció atropellado. Apenas un desahogo político. ¿A quién se le ocurre atacarte por la ausencia de libertad de expresión? Estoy de acuerdo contigo. Algunos deberían de pedir una disculpa. No todos ni todas. Pero sí quienes legitimaron el ilegal triunfo de Carlos Salinas, o quienes pretendieron incidir en la opinión ciudadana en la elección de 2018 con métodos impropios de demócratas.
Cada quien puede tener la posición política que mejor le parezca, lo que no es ético, ni moral, es que esa posición política vaya en contra de los principios democráticos. Habrían contribuido más al debate democrático necesario, si en lugar de inventar ausencia de libertad de expresión en tu gobierno, denuncian el pasado político de algunos de tus colaboradores cercanos, quienes también deberían pedir una disculpa por sus atropellos a la democracia.”
“Por último Andrés Manuel, te digo que ojalá calmes los ánimos entre tus seguidores y tus detractores. Cuando hablas, no eres un ciudadano más con todos tus derechos. Como Presidente de la República constituida por tres poderes, eres la expresión de la voluntad mayoritaria, pero sobre todo de la voluntad general, que es mucho más que la primera.
Y sin respeto a esa voluntad general cualquier convivencia civilizada se deteriora, y el pacto social que da vida al Estado se destruye. Tu responsabilidad es enorme Andrés Manuel.”
“Te envío un abrazo con el respeto y el afecto de siempre.”
“Rosa Albina Garavito Elías.”
Claridad y contundencia en los razonamientos de la Maestra Garavito; argumentos centrados sin caer en los excesos del fanatismo ideológico. Crítica con elocuencia las dos cartas y también a su amigo Andrés Manuel. Pero no se limita a la protesta crítica, sino que desliza una propuesta que le da realce a los contenidos de su escrito.
¿Usted cree que continúe este debate epistolar?
Esa es una duda sustentable.