Bucerías cumple ocho meses sin su parroquia: la reconstrucción de Nuestra Señora de la Paz va a paso lento

El pasado 7 de abril inició la demolición de la antigua parroquia de Nuestra Señora de la Paz, ubicada en Bucerías, municipio de Bahía de Banderas. Para el mes de mayo comenzaron los trabajos de movimiento de tierra, principalmente la excavación del área destinada al estacionamiento; sin embargo, desde entonces los avances en la obra han sido mínimos.
Habitantes de este microdestino turístico señalan que el ritmo lento de la construcción obedece al alto costo del proyecto. De acuerdo con versiones locales, el primer anteproyecto presentado a mediados de 2019 contemplaba una inversión cercana a tres millones de dólares, cifra que, tras diversas modificaciones y el incremento en los precios de los materiales, podría triplicarse en la actualidad.

El render final difundido por el patronato promotor muestra la edificación de un templo moderno de dos niveles, con cúpula, amplios ventanales con vista al mar, una nueva entrada principal, nave central, altar, casa cural, librería, salón de usos múltiples, salones de catequesis, centro pastoral y estacionamiento, además de otras amenidades y equipamiento urbano.
Más allá de su función como recinto espiritual, el nuevo templo busca convertirse en un espacio comunitario, destinado a acciones caritativas, actividades culturales y atención pastoral, especialmente para migrantes y visitantes que llegan a Bucerías.

De manera preliminar, se estima que la obra podría concluir en 2027; no obstante, el plazo dependerá del flujo de donativos y recursos económicos que logre reunir el patronato impulsor, integrado principalmente por restauranteros y comerciantes de la localidad.
Para financiar el proyecto, se habilitó una plataforma digital denominada “Nuevo Templo de Bucerías”, a través de la cual se reciben aportaciones voluntarias destinadas a esta obra considerada religiosa, cultural y turística para el destino.
Mientras tanto, y ante la falta de recursos inmediatos, quienes se opusieron a la demolición original señalan que sus advertencias se cumplieron, la comunidad permanece sin un espacio propio de reunión, y las fiestas en honor a la Virgen de la Paz deberán realizarse sin que el templo tenga aún un lugar donde resguardar su imagen.




