Boda del tercer hijo de AMLO fue totalmente “Fifí”
En un despliegue de lujo y opulencia que haría sonrojar al mismísimo Luis XIV, Gonzalo Alfonso “Bobby” López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, contrajo nupcias con Valentina Martínez Pedreguera el pasado 1 de febrero en el exclusivo Hotel Vidanta de la Riviera Maya.
Este resort de ensueño, propiedad del empresario Daniel Chávez Morán, cercano colaborador de la Cuarta Transformación, sirvió como escenario para una celebración que, sin duda, pasará a los anales de la austeridad republicana. La pareja, en un gesto de humildad digno de encomio, abrió su mesa de regalos en El Palacio de Hierro, ese modesto establecimiento al alcance de todos los mexicanos.
Según reseña del periodista Guillermo Ortega y el medio de comunicación Quinto Poder, entre los obsequios seleccionados se encontraban una panera de madera Zassenhaus, una canasta alta Lunch y un set de cubiertos Fiore Cubi en acero inoxidable, todos ellos con precios que reflejan la sencillez y moderación que caracteriza a la familia presidencial.
Por supuesto, la boda contó con la distinguida presencia del patriarca de la familia, Andrés Manuel López Obrador, y su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, quienes, fieles a su estilo, evitaron cualquier declaración sobre el evento. Pero no estuvieron solos, pues también asistió la plana mayor de Morena, en una reunión que bien pudo pasar por una cumbre política con tintes festivos.
La seguridad fue impecable, cortesía de la Guardia Nacional, que desplegó un operativo discreto pero eficaz para resguardar la privacidad del evento. No se escatimaron esfuerzos para impedir que fotos o videos comprometieran el discurso oficial de sencillez y austeridad.
Porque, claro, no es lo mismo predicar que celebrar… en grande.
Y el pueblo bueno y sabio de México, como el chinito, nomás “milando”.