Blue Jays despiertan con furia y empatan la Serie Mundial en Los Ángeles

Con una séptima entrada explosiva, Toronto castigó a Ohtani y recuperó el pulso de la Serie Mundial, que volverá a Canadá tras el quinto juego en Los Ángeles
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Blue Jays vencen a Dodgers 6-2 y aseguran el regreso de la Serie Mundial a Toronto

El béisbol, ese juego donde nada se acaba hasta que se acaba, volvió a mostrar su naturaleza impredecible. Los Blue Jays sacaron el bate  cuando todos creían que el dominio de Shohei Ohtani marcaría otra victoria para los Dodgers. En una séptima entrada arrolladora, Toronto volteó la historia: ganó 6-2 y empató la Serie Mundial a dos triunfos por bando.

Ohtani, abridor y también bateador en el cuarto compromiso, llegó al montículo con temple. Durante seis entradas mantuvo a raya la ofensiva canadiense, mezclando su recta con una slider que rompía como bisturí. Sin embargo, el japonés dejó hombres en base, y esos corredores —heredados al relevo— se convirtieron en las carreras que lo condenaron.

El Dodger Stadium respiraba confianza. Los angelinos, aunque apenas habían anotado una carrera, lucían firmes. Pero en el séptimo inning, el guion cambió. Daulton Varsho abrió con un sencillo y Ernie Clement lo siguió con un doble que golpeó el alma del estadio. Desde el dugout, los Blue Jays se encendieron.

Andrés Giménez trajo la tercera con un imparable, Ty France empujó la cuarta con un rodado, y Bo Bichette remolcó otra con línea al izquierdo. Con los angelinos sin respuesta, Vladimir Guerrero Jr. recibió base intencional y Addison Barger selló la emboscada con un sencillo productor. En minutos, el 2-1 se convirtió en 6-1.

Los Blue Jays habían sacado el palo otra vez. Los Dodgers, pese al intento de reacción, no hallaron cómo apagar el fuego. Mason Fluharty y Chris Bassitt mantuvieron el control en la loma, mientras Toronto defendía la ventaja con una precisión quirúrgica.

En la octava, el duelo se estabilizó. Los Dodgers buscaron aire con un sencillo de Mookie Betts, pero la defensa canadiense respondió con doble matanza para cerrar el inning. Los visitantes sabían que el trabajo estaba hecho, aunque en el béisbol nadie se atreve a cantar victoria antes de tiempo.

En la novena, los Blue Jays todavía coquetearon con ampliar la ventaja. Guerrero Jr. volvió a embasarse con un sólido sencillo, pero los relevos angelinos lograron colgar el cero. Tocaba el turno final para Los Ángeles.

Varland subió al montículo por Toronto. Con la pólvora apagada toda la noche, Teoscar Hernández rompió la quietud con pasaporte. Max Muncy siguió con batazo profundo al derecho, que colocó corredores en segunda y tercera sin outs. El público volvió a creer.

Tommy Edman bateó un roletazo productor para anotar la segunda de los Dodgers. Pero el sueño se diluyó rápido. Kike Hernández se ponchó tras un largo turno y Alex Call cerró la historia con línea al izquierdo.

El marcador finalizó 6-2. Ohtani cargó con la derrota y con su bat silenciado, Varland firmó el salvamento, y los Blue Jays celebraron en campo ajeno con la serenidad de quien sabe que hizo lo necesario: empatar la Serie Mundial y garantizar el regreso a Toronto.

Ahora, la serie sigue viva. Mañana se juega el quinto en Los Ángeles. Después, el béisbol cruzará la frontera. Porque en este juego de toma y daca, el sueño del pelotero siempre es el mismo: que la serie se alargue y que haya un mañana más para jugar.

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Hugo Lynn