Blue Jays dominan al bat, Dodgers se enfrían; el béisbol se gana con carreras

FOTO: Especial
Los Toronto Blue Jays sacan los bates en el momento justo, cuando la presión se vuelve oxígeno y el margen de error debe ser mínimo.
Con disciplina y poder, castigaron sin piedad a los lanzadores de Los Ángeles Dodgers, confirmando que el béisbol se gana con carreras, no con reputaciones.
Después de cinco juegos, la Serie Mundial favorece a Toronto tres victorias por dos derrotas. Los marcadores lo dicen todo: 11–4; 1–5; 5–6; 4–2 y 6–1.
En números totales, los Blue Jays han producido 27 carreras, por 18 de los angelinos, diferencia que refleja el dominio ofensivo canadiense y la falta de contundencia de Los Ángeles en los momentos decisivos.
El contraste es evidente en el bateo oportuno. Toronto golpea con hombres en base, aprovecha los conteos profundos y fabrica carreras a pulso.
Los Dodgers, en cambio, se diluyen en cada turno de presión. El lineup angelino, plagado de estrellas, no logra ejecutar cuando más lo necesita.
Mookie Betts, el motor de esa ofensiva, atraviesa una Serie Mundial para el olvido. Batea apenas .130, sin extrabases ni impulsadas, con solo tres hits en veintitrés turnos. Su swing parece sin convicción y cada ponche aumenta la frustración en el dugout. Está apagado.
Tampoco Shohei Ohtani ha sido el gigante que deslumbra. En el juego de 18 entradas fue imponente, pero solo ahí. En Toronto, donde debía pesar su poder, se vio limitado a un home run (un solo hit) en nueve turnos en los primeros dos juegos de la serie. Apagado también en los dos juegos más recientes. ¿Dónde está la gran estrella?
El pitcheo de los Blue Jays ha sido la piedra angular de su éxito. El novato Trey Yesavage brilló con luz propia en el Juego 5 al ponchar a 12 rivales, igualando la marca histórica de más ponches en un juego de Serie Mundial para un debutante. Su temple en la lomita fue una demostración de madurez y dominio absoluto.
Kevin Gausman ha impuesto respeto con su velocidad y control, mientras Chris Bassitt ha aportado oficio y consistencia. En el relevo, Jeff Hoffman y Seranthony Domínguez han cerrado filas con autoridad.
Entre ambos, han borrado cualquier intento de reacción de los bates angelinos, sellando victorias con solidez quirúrgica.
El Rogers Centre se ha convertido en un verdadero fortín. Toronto terminó la temporada regular con un récord de 54 ganados y 27 perdidos en casa.
El público responde a cada lanzamiento, vibra con cada batazo y ansía empujar al equipo hacia un título que se les niega desde 1993.
Los Dodgers vuelven a mostrar sus debilidades lejos de California. Con marca de 41 ganados y 40 perdidos como visitantes, su inconsistencia no puede reaparecer en el peor momento.
En territorio canadiense, su ofensiva no deberá apagarse y sus lanzadores están obligados a mantener el control en los momentos de apremio.
Esta Serie Mundial también tiene un simbolismo especial. La temporada 2025 comenzó en Tokio, con Dodgers y Cubs inaugurando el calendario en territorio japonés, y podría cerrar en Toronto, completando un año histórico en el que el béisbol de las grandes ligas inicia y acaba fuera de Estados Unidos.
El Juego 6 promete ser un duelo de titanes: Yoshinobu Yamamoto por Los Ángeles y Kevin Gausman por Toronto.
Uno busca redención; el otro, consagración. Si los Blue Jays mantienen su ofensiva encendida y el pitcheo sigue firme, la Serie podría terminar frente a su gente.
Toronto está a una victoria de la gloria. Los Dodgers, a un paso del abismo. Porque en octubre, cuando los reflectores ciegan y los nervios pesan, el que no produce carreras se queda fuera del paraíso del béisbol.
 
       




