Batalla campal
Se están derramando las aguas negras de una atarjea tapada, en la procuración de justicia.
De un revanchismo por detentar el poder en el equipo presidencial, con golpes discretos al principio, guardando las formas, miembros de primera línea en el Senado y Justicia ahora se están dando hasta con la cubeta.
Scherer, Sánchez Cordero y Gertz están sacando sus trapitos al sol, poniendo en evidencia que, antes de cumplir con sus obligaciones importantes para el beneficio del país, se prestan a un vodevil digno de una telenovela daña cerebros, con tema de exclusivos asuntos personales.
Lo trascendental en este pleito son los puestos que han tenido estas personas o tienen en la actualidad.
Asesoría legal presidencial, secretaria de gobernación y de rebote, presidente del Senado y fiscal general de la nación.
No puedo opinar a fondo del problema entre ellos pero es una vergüenza y un peligro que en personas de este calibre, ligados con la justicia en México, haya la más leve sospecha de corrupción y abuso de autoridad.
Pregunta: si sale a la luz un tráfico de influencias evidente para perjudicar a personas o protegerlas, ¿qué ha pasado con los parientes del presidente en turno? ¿Ya se les olvidó? ¿Están protegidos? ¿Qué ha pasado con la delincuente probada Delfina Gómez que sigue despachando como secretaria de educación sin que nadie la toque? ¿Creen que nadie se da cuenta? ¿Cuál es la ética de la ex ministra de la SCJN, Sánchez Cordero, ante las constantes violaciones a la Constitución, haciéndose la occisa?
Su último numerito fue autorizar una violación a la Constitución vía un decreto firmado por senadores de Morena, autorizando la promoción del voto de revocación en tiempo de veda.
¿Se vale? Hasta el más ignorante sabe que un decreto no puede pasar sobre la Constitución. ¿Ya se le olvidó a Sánchez Cordero o su “lealtad” mata principios?
Es realmente deplorable que queriendo dar pasos hacia adelante como país, y únicamente somos espectadores de estos chismes de palacio que minan diariamente la confianza de tener un mejor sitio dónde vivir.
Ya párenle a estos pleitos vergonzosos, jugando con la justicia y preocúpense más por los deberes que tienen, o bien, si tienen el valor, recordando a la icónica Arena Coliseo, súbanse los tres al ring, rómpase la m…. hasta que salga la verdad, en una buena “batalla campal”.
