Bajo la tormenta peregrinaron con fe los vallartenses, no se detuvo la tradición

Una emotiva jornada del Docenario Guadalupano se vivió la tarde-noche del lunes 1 de diciembre, cuando los vallartenses dieron muestra de su inquebrantable fe y devoción por la Virgen Morena. La inesperada lluvia no detuvo las tradicionales peregrinaciones y, bajo el agua, caminaron por las calles y banquetas del Centro de la ciudad rumbo a la cita anual bajo el altar de la icónica Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe.
El carro alegórico del hotel Vidanta llegó con la belleza de su decoración, y detrás, los empleados no rompieron filas pese a la tormenta que los sorprendió en el trayecto. De igual forma, las bandas de guerra no dejaron de sonar, ni las bandas musicales.

El hotel Playa Los Arcos optó por llevar a su Virgen montada en un burro, acompañada por los bailarines del grupo folclórico Xiutla, que zapatearon pese a la lluvia. Los danzantes de la peregrinación del Cerro bajaron, aunque guardaron los penachos para evitar daños por el agua; esta peregrinación, de última hora, decidió reprogramarse para este martes 2 a las 8:30 de la noche.
Los integrantes del Ballet Tradiciones también se presentaron con todo su vestuario original, bailando sobre el empedrado mojado. Igualmente, sortearon los obstáculos los abogados, agencias automotrices, alumnos de varias escuelas y empleados de Liverpool, quienes no quisieron faltar a este compromiso espiritual y cultural. A su paso, la gente les aplaudía y animaba a seguir; al llegar a la puerta del templo, hacían sonar las campanas de la torre.




