“Ayotzinapa, y un encubrimiento de Vidulfo Rosales: ¿Sin querer?”
El ejemplar abogado, egresado de la UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUERRERO, SABE, igual que OBRADOR, de la guerra por parte de Roma, y sus secuaces del clero religioso, contra las escuelas normalistas y rurales, como forma de dominio y sumisión mental hacia los educandos. Es la guerra de siglos por el predominio del negocio educativo privado, para el control político y social.
En ambas escuelas, lo NORMAL se conformaba en oposición a lo ANORMAL de enseñar patrañas religiosas. Así, en nuestro querido México, se perfilaba una libre educación ajena al arrodillamiento y humillación impuesta violentamente a los pueblos invadidos por los peores aventureros europeos, capaces de abominables actos de exterminio masivo, a todos los que se oponían.
Ya con el contexto anterior, puede un servidor, referir que en una comunicación telefónica con el abogado Rosales, le invitaba a que siguiera una línea básica de investigación, sobre la desaparición en el 2014, (Peñejo Neto, desgobernaba), de los alumnos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, ubicada en el ex-hacienda de Ayotzinapa. Multi-mencionado caso, y el multi-entrevistado Rosales, extrañamente se brincará el origen del desprestigio hacia las normales, que ningún estudiante de derecho, de escuela pública, podría ignorar.
La guerra del clero, contra los maestros, los cuales eran desorejados por no enseñar religión, y así siguieron hasta lograr cerrar templos, para inculpar al gobierno y con ello sembraron la GUERRA CRISTERA: 1926-1929. Las muertes de ambos lados llegaron a más de 250 mil, víctimas del caprichito IMPERIAL vaticanero. Pero Vidulfo solo se ocupa de 43, así es su justicia selectiva, por decir lo menos. Y, claro, el imperio seguirá organizando enfrentamientos entre la población y el estado mexicano.
Con tales antecedentes, las normales han sido saboteadas en todas las formas posibles, las eliminan; al resto les tacañean los recursos, pese a la demanda estudiantil por inscribirse en ellas. Sin duda han sido infiltradas, tanto para espiarlas, como para provocar que generen disturbios, para ser acusadas de múltiples delitos. Y mientras crecen como hongos las escuelas y universidades privadas… y desde luego penetradas por las mafias religiosas:
¡ME ESTÁS OYENDO: VIDULFO ROSALES!
Porque V. Rosales, no es ajeno a las organizaciones religiosas que para curarse en salud, hacen la guerra mediática, con la máscara muy redituable de los derechos humanos. Mismos que ignoran, cuando, como un servidor denuncia los miles de asesinados a tabacazos, cada año, como el mayor delito máximo y con