¡Auxilio! Mujeres con mal trabajo

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Para que una mujer pueda salir del ciclo de la violencia domestica, es necesario que cuente con los recursos necesarios para mantenerse ella y a sus hijos, por lo que la inclusión en el mercado laboral es de vital importancia. También se debe visibilizar que la violencia está estrechamente relacionada con el empleo y los empleadores; si las políticas públicas son el eje central para la disminución de la violencia, las empresas son la mano derecha para que el empoderamiento de la mujer pueda iniciarse.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de los Hogares (ENH) INEGI, en el segundo trimestre del 2018 solamente el 43.7% de las mujeres mayores de 15 años cuenta con un trabajo, en 10 años el porcentaje aumento .9%, y se pone peor: los espacios donde laboramos las mujeres y los salarios que percibimos nos dice que solo el 2.3% de las mujeres ocupan espacios de funcionarias o directivas y el 3.5% de las mujeres perciben mas de 5 salarios mínimos, no obstante que nos encontramos mas preparadas que los hombres (41.% de mujeres contra 35.4% de hombres).

Nuestra mediana del ingreso entre sexos es de una diferencia de 889 pesos mensuales, si, la mediana de las mujeres se ubica en $3,557.00 y los hombres en $4,446.00; aunado a esto, las mujeres trabajamos cerca de un tercio mas que los hombres en labores no remuneradas (cuidado de los hijos o familiares, casa o diligencias familiares).

Esta diferencia salarial-laboral debiera de preocuparnos, ya que el 47.4% de las mujeres  separadas, divorciadas o viudas son las que se mantienen con sus propios ingresos y si le agregamos que el 77.4% del TOTAL de las mujeres trabajadoras NO cuenta con servicios de guarderías o cuidados maternos, podemos entender que no existe empoderamiento.

En términos reales y en números fríos, las mujeres para el segundo trimestre del año pasado ganábamos el 18.7% menos que los hombres. Si el empoderamiento sigue siendo un bonito discurso: que habrá mas empleos para las mujeres las cuales el 51.9% granan hasta dos salarios mínimos, esto es, las mujeres en el 2019 estarán ganando $3.080.40 mensuales, si, por debajo de la mediana del ingreso.

En Vallarta los casos de despidos a mujeres embarazadas es una constante, incluso hay empresas que realizan exámenes de orina para detectar el embarazo de manera pronta y segura; o en el mejor de los casos, las mujeres aceptan trabajar sin estar aseguradas o con prestaciones de guarderías y cuidados maternos. Si, a las mujeres se les despide por que están embarazadas, hasta ahorita no conozco de algún hombre que haya sido despedido por que será padre.

A esto, hay que sumarle el acoso y hostigamiento sexual que las mujeres padecemos, ya sea por los jefes, compañeros de trabajo o incluso de los clientes; aquí en la zona se han dado casos de violaciones a mujeres dentro de sus trabajos por parte de clientes, sin que la empresa haya hecho algo a favor de la víctima.

Si vemos los puestos que ocupamos las mujeres en las empresas, nos daremos cuenta que los estereotipos de genero predominan: camareras, meseras, servicios de limpieza, hostes; en estos momentos no recuerdo el nombre de alguna mujer que sea la Directora General de alguno de los grandes hoteles de la zona, querido lector, ¿usted si recuerda o conoce alguna? Si, las mujeres seguimos encasilladas en los trabajos menos pagados y de menos mando; si, seguimos etiquetadas como personas de segunda, sin capacidad de mando, liderazgo y autoridad.

Si, también los empresarios tienen mucho que trabajar en el tema de la violencia contra la mujer, ya que el tema económico es uno de los pilares fundamentales para el empoderamiento; también ellos tienen que hacer una revisión de sus políticas empresariales y cumplir con los parámetros que los instrumentos nacionales e internacionales establecen, sobre todo en el tema de la brecha salarial, la inclusión en puestos de mando y la eliminación de prácticas de acoso y hostigamiento.

¿Tendrán el valor los empresarios, o les vale la violencia que se da en sus empresas?

Sandra Quiñones