ASIMETRÍAS

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Durante muchos años, pasar de Nayarit a Jalisco por el acceso de Puerto Vallarta fue como cruzar de México a Estados Unidos. Hasta caseta de cuota y diferencia de horario había.

Gracias a la visión y el empuje de la sociedad y de muchos empresarios, se empezaron a derribar, uno por uno, los muros que generaban las asimetrías en la región.

Los empresarios del transporte lograron eliminar la caseta de cuota (primer muro) después de una larga y desgastante lucha. 

En septiembre de 1989, la visión y sensibilidad de un Gobernador de Nayarit atendió el viejo anhelo de los empresarios y de los habitantes de Bahía de Banderas de crear un nuevo municipio para terminar con el injustificado viacrucis que significaba trasladarse hasta la ciudad de Compostela para resolver cualquier trámite (segundo muro). 

En 1999, el presidente Zedillo y el Gobernador Cárdenas inauguraron el segundo puente de conexión entre Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, acabando así con el cuello de botella del tráfico entre los dos municipios (tercer muro). 

En tiempos recientes (2010), el nuevo y pujante municipio de Bahía de Banderas se ajustó al horario del Centro del País, con lo cual la población y los turistas de la Bahía se olvidaron de esa preocupación para la organización de sus agendas (cuarto muro).

Sin duda, faltan aún muchos otros muros qué derribar y algunos puentes por construir entre los dos municipios; y esos muros y puentes no son necesariamente físicos, porque todavía hay brechas y desarrollos desiguales en varios temas y servicios privados y públicos.

La conurbación integral es una necesidad tan contundente como la existencia de una misma sierra madre que abraza a nuestros pueblos o del mismo mar que baña a la Bahía de Banderas.

Una sola bahía y un solo destino unidos y hermanados geográfica, social, cultural y económicamente.

Los empresarios de la Bahía están organizados y unidos sin detenerse en los límites que impone la división territorial y política; sin ponerse barreras o fronteras que limiten o detengan el desarrollo; compiten entre ellos; reconocen sus diferencias y niveles de inversión, pero jamás atentan contra el destino porque al camello hay que venderlo con todo y sus jorobas para el bien de todos los que aquí habitamos.

Los gobernadores de Jalisco y Nayarit y los presidentes municipales de Bahía de Banderas y Puerto Vallarta también están obligados a estar unidos y en sintonía al abordar la problemática de nuestro destino.

Los turistas vienen a disfrutar de nuestra hospitalidad y no podemos distraerlos, confundirlos, molestarlos o decepcionarlos con nuevos muros o barreras impuestas por cobardía, miedo, indolencia o incapacidad.

El semáforo sanitario nos debe unir y no dividir. Las acciones de los gobiernos deben impulsar la armonía y no la asimetría.

Por el bien de nuestros pueblos, luchemos juntos por el crecimiento económico y el desarrollo social sostenido y uniforme en toda la región.

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