Articulación de políticas económicas y la gestión de medio ambiente

El año 2025 marca un punto crítico para el medio ambiente en México. La creciente crisis del agua, la contaminación del aire en las principales ciudades y la devastación de los principales ecosistemas son algunos de los desafíos más urgentes que requieren una respuesta inmediata.
Sin embargo, más allá de los problemas, el país también se encuentra en una posición privilegiada para implementar soluciones innovadoras y sustentables.
Con una biodiversidad excepcional, abundantes recursos naturales y un potencial inmenso en energías renovables México es el tercer país con mayor irradiación solar diaria en el mundo, la sostenibilidad no solo es una necesidad, sino una oportunidad.
En el ámbito energético, la transición hacia fuentes renovables avanza, pero enfrenta desafíos como la dependencia de minerales críticos para la producción de baterías y la resistencia de sectores que aún dependen de combustibles fósiles.
Al mismo tiempo, el crecimiento exponencial de la inteligencia artificial y los centros de datos plantea un dilema energético, ya que su alto consumo eléctrico podría contrarrestar los beneficios de la digitalización.
La urbanización sin planificación también genera problemas de ordenamiento territorial, reducción de áreas verdes y una mayor demanda de infraestructura, aumentando la huella ecológica de las ciudades.
La industria de la energía solar puede generar miles de empleos directos e indirectos, desde la construcción y mantenimiento de parques solares hasta la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías.
Además, la transición hacia una economía basada en energías renovables atraerá inversiones extranjeras, fomentando el crecimiento económico y la innovación.
Es vital que el gobierno mexicano fomente la inversión en energías renovables a través de incentivos fiscales, subsidios y marcos regulatorios favorables. Algo de esto ya se esboza en el Plan Nacional de Desarrollo recién publicado en abril pasado.
Además, la colaboración entre el sector público y privado será esencial para materializar esta visión. No se puede hablar de sustentabilidad sin involucrar al sector industrial, uno de los grandes consumidores de recursos y generador de emisiones. Cabe recordar que las empresas son los principales consumidores de energía, agua y alteración del uso de suelo.
Por ello, las empresas debemos adoptar tecnologías limpias, como sistemas solares con almacenamiento, no solo reducen su impacto ambiental, sino que aumentan su resiliencia frente a crisis energéticas y climáticas.
Los desafíos ambientales en México 2025 son una señal clara de que el país necesita dejar atrás las soluciones reactivas y apostar por una estrategia preventiva.
Proteger los ecosistemas, fortalecer la soberanía energética y planear el crecimiento urbano con visión ambiental son claves para garantizar un futuro resiliente y sostenible.
Es importante mencionar que estas soluciones no son únicamente responsabilidad del gobierno, es una colaboración entre el mismo gobierno, la iniciativa privada y la sociedad.