Arauz y la nueva encrucijada del Ecuador

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En solidaridad con los exiliados del Ecuador en México

La prensa ecuatoriana se ufanaba el año pasado de Andrés Arauz, el candidato de Unión por la Esperanza a la presidencia del Ecuador, lo nombraba un perfecto desconocido, hoy es el candidato más votado en la primera vuelta electoral celebrada el domingo pasado.

Unión por la Esperanza, y más bien todo aquello que tuviera que ver con Rafael Correa fue criminalizado dentro del Ecuador, se les persiguió torciendo todo tipo de leyes para detener su avance, y es que no es para menos, los grandes capitales que antes gobernaban en el Ecuador dejaron de ser los dueños del país con la llegada de la Revolución Ciudadana, pero lograron volver gracias a la traición de Lenin Boltaire Moreno, y hoy el proyecto espurio que representa Moreno está quizás por llegar a su fin.

En 2019, Moreno, siguiendo las órdenes del FMI, realizó un préstamo de 1400 millones de dólares para pagar servicios de la deuda, es decir se endeudaba para pagar a los acreedores. El resultado de este endeudamiento era el aumento del precio de los combustibles. Se le quitaba, decían los neoliberales encargados de este proyecto, el subsidio a los grandes empresarios, pero en realidad el aumento representaba un duro golpe a toda la clase trabajadora.

Una revuelta popular que solicitaba su salida logró detener el decreto 883 que establecía este retroceso para la sociedad, pero la negociación y la cooptación de los principales líderes indígenas de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) detuvo su caída.

La debilidad de Moreno es evidente, fue un gobernante que no definió nada de la agenda política, todo se estableció desde Washington con el apoyo de los sectores más conservadores del país. Es por ello por lo que se avocó a perseguir y criminalizar al correísmo, esta corriente política surgida del periodo de la Revolución Ciudadana.

La crisis política y económica en Ecuador es profunda, el grave daño a las instituciones que ha generado Lenin Moreno ha sido tutelada desde el Fondo Monetario Internacional que se niegan al regreso del correísmo al poder. Para ello generaron todo tipo de triquiñuelas que han puesto en jaque la normalidad democrática en el país.

Uno de ellos es la manipulación que se ha realizado desde el Consejo Nacional Electoral (CNE), en primer lugar, detuvo el registro oficial de la candidatura a la presidencia de Arauz hasta el 25 de diciembre, lo que retrasó el inicio de su campaña de forma oficial.

Evitó a toda costa que se utilizara la imagen o voz del expresidente Rafael Correa para realizar la campaña, querían a borrar a toda costa la posibilidad de que el discurso de la Revolución Ciudadana en voz su líder político pudiera despertar a su base electoral. Y es que no es para menos, Correa ha logrado hasta ahora ganar tres elecciones

presidenciales, incluida la que dio el triunfo a Moreno, y hoy logró establecer junto con una nueva generación ganar la primera vuelta electoral.

Generó toda una burocracia que alentara el proceso de votación, con el pretexto de la pandemia, el CNE estableció controles para presuntamente llevar un orden a la hora de votar, lo que generó grandes filas y conglomeraciones, y alentó el proceso de votación, lo que en el fondo se quería lograr es desalentar el proceso de votación.

Ahora toda una serie de irregularidades han salido a flote en el conteo, por ejemplo, han empezado a tejer una estrategia para desplazar al banquero Guillermo Lasso, el tres veces candidato presidencial, y colocar como el contendiente a Yaku Pérez, un nuevo producto que pretende presentarse como un representante de la izquierda, pero que es apoyado por USAID y la NED justo para dividir el voto en ese espacio político y desplazar el proyecto antineoliberal del correísmo. Esto lo hicieron introduciendo por principio las zonas de votación que más favorecían a Pérez que son las de la provincia, y retrasaron los resultados de la Costa, en donde Arauz fue el ganador indiscutible, pero en donde Lasso tiene mayor número de votantes.

Han empezado a surgir protestas porque el nuevo sistema que utilizó el CNE no permite revisar los resultados de cada Junta Receptora del Voto a través de sus actas, lo que antes se podía realizar. Esto quiere decir, que los resultados de las mesas de votación no están siendo transparentes.

El apoyo de Luis Almagro, a través de la Observación Electoral de la OEA a esta irregularidad es firme, siguiendo la tradición que inauguraron con el golpe de estado en Bolivia, nada se ha dicho del nuevo sistema electoral electrónico que están usando por primera vez y que empieza a generar dudas sobre la posibilidad de fraude electoral.

El gobierno de Correa avanzó en detener la influencia del Fondo Monetario Internacional, uno de los momentos más duros que vivieron en la época de la Revolución Ciudadana fue el haberse atrevido a ir en contra de los acreedores que exigían pagos de la deuda externa, mismos que no correspondían con la realidad, al hacer una auditoría se detectaron que se querían cobrar más de 8 mil millones de dólares sin ningún sustento.

Correa sólo aceptó pagar el 30% de lo que le exigían los acreedores, ya que las condiciones de negociación que habían generado con anterioridad los gobiernos del Ecuador privilegiaban a los capitales privados sin ningún empacho.

No se quedo ahí, Correa asumió renegociar además los recursos energéticos estratégicos del Estado, y con ello el petróleo, las compañías petroleras antes de la llegada de la Revolución Ciudadana se quedaban con el 80% de los barriles extraídos y el Estado nada más con el 20%.

La relación se invirtió y el Estado ecuatoriano se quedó con el 80% y las compañías con el 20%. Además, apostó por la energía renovable, por lo que construyó 8 hidroeléctricas lo que hace posible la soberanía energética, ya que desde 2019 el 90% de la energía de todo el país puede provenir de este logro.

Por estos motivos hoy han avanzado en intentar dividir a la izquierda desde un discurso que haga de lado el antiimperialismo del correísmo, y que renuncie a su proyecto de soberanía energética. Detener a Arauz es clave para ello.

La apuesta es Yaku Pérez, un discurso construido desde las oenegés financiadas por la nueva política del idealismo americano del siglo XXI, que hablan de energía renovables escondiendo que justamente para realizar la transición se requiere de altos costos que los grandes capitales no están dispuestos a pagar y quieren que los pueblos paguen.

Un discurso posmoderno que intenta absorber al indigenismo, al ecologismo y al feminismo para atacar a Arauz y el proyecto posneoliberal que reivindicó la soberanía de los pueblos a través de la Revolución Ciudadana.

En otras palabras, la apuesta del Consenso de Washington sigue siendo la infiltración, lo lograron con Moreno, es por ello pertinente estar al pendiente que no se desarrolle un golpe de estado en Ecuador a través de un fraude electoral bajo el simulacro de una presunta división en la izquierda, los mass media serán determinantes, pero no los únicos para ello es importante entender lo que está en juego desde la militancia de izquierda social en toda América Latina. De ello depende que no intenten lo mismo en México para las elecciones de julio.