Apoyo al golpismo desde Europa

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Dentro del guion del golpe blando llevado a cabo por un sector importante de la ultraderecha mexicana se busca producir la imagen de que en México existe ingobernabilidad.

El presidente López Obrador contestó a la altura de la manipulación que se pretendió establecer desde el Parlamento Europeo replicando los mismos argumentos que corrompen la democracia mexicana.

Y es que, bajo el simulacro de la defensa de los periodistas mexicanos, lo que la ultraderecha mexicana intentaba generar era la imagen de un gobierno fallido. Su nueva narrativa estaba lista para impulsar una más de sus campañas de odio.

Es bastante interesante observar y darse cuenta cómo estos mecanismos de golpes de estado han sido en beneficio de empresas transnacionales justamente donde existen intereses en recursos naturales estratégicos como el petróleo y el gas.

El punto aquí no es si se defiende o no al periodismo en México, si no el uso que se le hace a tal imagen. La hipocresía de los parlamentarios europeos es inmensa, tan sólo observar el caso de Julian Assange y la violación a todo el derecho internacional.

Pero vale la pena seguir la pista de las etapas que el golpismo de la ultraderecha está construyendo en torno a su narrativa de caos en México.

Las redes sociales han sido intoxicadas diariamente con un sinfín de noticias falsas, manipulaciones y todo tipo de artimañas para darle sentido tanto al interior como al exterior de la narrativa del México sumido en la ingobernabilidad.

Acompañando a las redes sociales se encuentra también un periodismo adicto al chayote, que debido a que se han perdido sus privilegios han adoptado la estrategia de desgastar al gobierno actual con la esperanza de que puedan volver a recuperar sus prebendas lo más pronto posible.

Durante la durísima guerra emprendida por el usurpador a la presidencia de la república Felipe Calderón Hinojosa se generó un impacto sumamente delicado en el ejercicio del periodismo. Mientras hubo un periodismo que se acopló a la narrativa gubernamental ya sea por haberse beneficiado o por temor hubo otro que realizó investigaciones de campo del avance del crimen organizado.

A este último periodismo lo atacaron con una fuerza brutal. Ahora sabemos que aquellos que deberían cuidarlos y protegerlos más bien estaban implicados en los negocios del narco. El principal operador de esta estrategia se encuentra recluido en Estados Unidos a la espera de su juicio.

Con los gobiernos neoliberales la disyuntiva plata o plomo se hizo presente. El periodismo se volvió un oficio sumamente peligroso de ejercer.

Es importante reconocer que ejercer el periodismo especialmente al interior de la república mexicana es en verdad delicado, debido a las múltiples conexiones que existe al interior de la necropolítica, es decir, la clase política local, los intereses del narco y la estrategia del terror y muerte producida por ambos para el control del territorio.

Pero a diferencia de los gobiernos neoliberales, el gobierno federal que encabeza el presidente López Obrador no ha lanzado censura alguna. En el pasado era una práctica común acallar voces molestas para los gobernantes en turno.

Los dueños de los principales medios de comunicación aceptan estos silenciamientos a partir de que se ponían en juego los recursos financieros que el gobierno federal asignaba al medio en cuestión.

El problema de los medios de comunicación es muy grave, por eso ha empezado a emerger un nuevo tipo de periodismo más independiente que busque dar cuenta de la realidad tal cual es, pero al mismo tiempo el antiguo periodismo acostumbrado a que sus voces y plumas fueran compradas se han sumado a la estrategia mediática de desgaste de la cuarta transformación. Han apuntado sus baterías contra los que combaten la corrupción institucionalizada.

La respuesta política a los parlamentarios europeos fue clara. En México se tiene conciencia de la forma en cómo han operado tanto revoluciones de colores como golpes blandos a través del lawfare con apoyo desde el extranjero. En este caso es claro que las presiones que se han empezado a lanzar son por la reforma energética que les quita un negocio emanado de la corrupción que muchas empresas realizaron comprando votos a legisladores para obtener contratos leoninos.

El presidente López Obrador con su carta lanzó un mensaje de fuera máscaras. No se están preocupando por la situación del periodismo en México, se están sumando a una estrategia que la ultraderecha mexicana viene trazando para debilitar la vida democrática de México, y lo están haciendo por mantener los negocios energéticos producto de una contrarreforma energética neoliberal sumamente corrupta.

La postura de abrazos y no balazos también ha disminuido el negocio de la guerra, mismo que no ha gustado a muchos de los financiadores de las campañas políticas de los parlamentarios europeos. Mientras en México se intentan revertir los efectos terribles de 30 años de políticas neoliberales a través de programas sociales, en Europa se mantiene el proyecto neoliberal empobreciendo a los que menos tienen en el nombre de los grandes negocios energéticos por poner un solo ejemplo.

Desde Huimanguillo, Tabasco un lugar emblemático por el flujo migratorio y una tierra de mucho trabajo se lanzó un mensaje muy singular, un video muestra cómo en medio de un remolino de gente que se acerca el presidente una persona le dice que se siente representando por el comunicado de respuesta al parlamento europeo, y se lo dice con orgullo.

Desde abajo se observa al presidente, y se le avala, por eso tanto en Europa como la ultraderecha mexicana siguen sin entender que el respaldo popular por mas campañas mediáticas que hagan no lo podrán quitar. Tienen razón los que dicen, que la ultraderecha tanto en este continente como en el viejo le siguen haciendo al movimiento social lo que el viento a Juárez.

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