Terremoto 7.0 en Tehuacán, Puebla: A 25 años del fenómeno que dejó 15 muertos

Los costos de los daños materiales ascendieron a más de 1,400 millones de pesos de la época, equivalentes a unos 150 millones de dólares
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Iglesia dañada por terremoto en Tehuacán, Puebla

Se conmemoran 25 años del devastador terremoto de magnitud 7.0 que sacudió el sur del estado de Puebla el 15 de junio de 1999. El sismo, cuyo epicentro se ubicó aproximadamente 20 km al sur de Tehuacán y a 230 km al sureste de la Ciudad de México, dejó una huella imborrable en la memoria de los habitantes de la región, con 15 fallecidos y casi 200 heridos.

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El terremoto ocurrió a las 15:42 horas, con una profundidad intermedia a profunda de 48 km dentro de la placa de Cocos. Este fenómeno natural causó graves daños en el sureste de Puebla y el norte de Oaxaca, afectando también a cinco estados vecinos: Morelos, México, Tlaxcala, Veracruz y Guerrero, explica el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).

¿Cuáles fueron los daños económicos y humanos que dejó el terremoto?

Los costos de los daños materiales ascendieron a más de 1,400 millones de pesos de la época, equivalentes a unos 150 millones de dólares. Más de tres cuartas partes de estos daños se concentraron en el estado de Puebla, donde se colapsaron numerosos edificios, incluidos monumentos históricos, viviendas, escuelas y hospitales.

Un caso emblemático fue el del edificio colapsado en el centro de la ciudad de Puebla. El impacto en Oaxaca también fue significativo, aunque menor en comparación, y el resto de las pérdidas se distribuyeron entre los otros estados afectados.

Entre los daños más notables se encuentran las iglesias de Puebla, que sufrieron más que las de Oaxaca. Investigadores del CENAPRED señalaron que esto se debió en parte a la proximidad del epicentro y a la construcción más robusta de las iglesias oaxaqueñas, resultado de su experiencia sísmica previa.

El terremoto cobró la vida de 15 personas y dejó 188 heridos en toda la zona afectada. A pesar de la magnitud del desastre, la actividad económica en general no se vio severamente comprometida, con excepción del comercio en pequeños establecimientos. Las pérdidas indirectas, es decir, la producción de bienes y servicios que dejaron de generarse, fueron relativamente pequeñas.

La respuesta y el aprendizaje posterior a este sismo han subrayado la importancia de los sistemas de alerta temprana, especialmente debido al corto tiempo de alertamiento cuando los sismos se originan cerca de grandes ciudades. Esta tragedia ha reforzado la necesidad de que las comunidades mantengan actualizados sus planes familiares de protección civil y sus mochilas de emergencia.

Efrén Urrutia