Alertan sobre casos de abuso infantil en internet
Ante un selecto público de todos los sectores sociales de la región reunido en el Auditorio “Armando Soltero” del Centro Universitario de la Costa fue presentado el libro “La bestia que devora a los niños”, de la periodista y escritora María Antonieta Flores Astorga, en el que se denuncian casos de abuso sexual infantil.
Con el apoyo de la Asociación de Empresarios de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas y el Observatorio Integral Turístico respaldado por ese organismo, se presentó el libro que recibió numerosos elogios.
Al respecto, la autora enfatizó que los niños son lo más importante que tenemos como sociedad, no el petróleo ni las playas, por lo que debemos protegerlos en todo momento.
“Debemos tener políticas públicas y vigilancia muy puntual de la comunidad porque el abuso sexual ocurre en casa y se apoya en internet, hay que saber qué están viendo los niños en las redes sociales”.
Por su parte el doctor Jorge Villanueva, comentó que el Club Skol, una asociación integrada por hoteleros, decidió aprobar la lucha contra el abuso sexual infantil.
“Con gusto les comparto que en esa importante asociación turística como su programa del año han asumido la lucha contra el abuso sexual infantil, los invito a hacer lo mismo”.
En su oportunidad, Eduardo Cruz Moguel, presidente de la Fundación Pas, que se dedica a combatir el abuso infantil, compartió que fue víctima de abuso infantil; de manera muy emotiva relató que estuvo en una academia de tenis de Alemania donde sufrió abusos por parte de un entrenador, y a su regreso, como no dijo nada, su familia invitó al agresor a visitarlos.
El conmovedor relato de trastornos psicológicos e intentos de suicidio ilustró la gravedad del trauma del que Eduardo afortunadamente pudo salir hasta convertirse en un activista contra este problema.
Los participantes alertaron a la sociedad, en el sentido de que los casos de pederastia se presentan principalmente en el seno de las familias, donde algún familiar, cercano o lejano, padrinos o amigos de la familia suelen ser los principales agresores.