Acusan a Amazon de ejercer presiones sobre sus empleados

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El ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, acusó el jueves a Amazon de ejercer una presión “inaceptable” sobre sus empleados, después de que los sindicatos afirmaran que el gigante estadounidense de la distribución no pagará a quienes se nieguen a ir a trabajar por temor al coronavirus.

“Estas presiones son inaceptables y vamos a asegurarnos de que Amazon lo sepa”, dijo el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, a la radio France Inter.

Unos 200 de los 1.700 empleados de un centro de distribución de Amazon, cerca de Douai, en el norte de Francia, se negaron a trabajar el martes, ejerciendo el “derecho de rechazo” inscrito en el código laboral francés si un empleado considera que existe un riesgo para la salud o la seguridad.

Y la mitad de los empleados a tiempo completo en su instalación de Montélimar, en el sureste de Francia, dejaron de trabajar el miércoles, según fuentes sindicales, que aseguraron que la dirección había indicado que estos trabajadores no serían pagados.

El gobierno francés anunció estrictas medidas de confinamiento a partir del martes, bajo las cuales se permite a los franceses ir a trabajar sólo si no pueden hacerlo a distancia y siempre que se apliquen medidas especiales de gestión de contagio.

Los sindicatos dicen que Amazon no ha logrado asegurar que los empleados puedan permanecer a un metro de distancia entre sí como lo recomiendan las autoridades, y que escasean las mascarillas y el gel desinfectante para manos.

“En algunos lugares es imposible mantener la distancia de seguridad, en particular en los vestuarios”, dijo Guillaume Reynaud, un funcionario sindical de la CGT en la planta de Montélimar.

Amazon ha negado estas afirmaciones, diciendo que ha reforzado las medidas de limpieza y ha tomado medidas “para que los empleados puedan mantener la distancia necesaria entre ellos”.

“Estamos siguiendo estrictamente las recomendaciones y directivas del gobierno”, dijo en un comunicado.

El gigante estadounidense ha visto un aumento de los pedidos en Francia y otros países donde las autoridades han confinado a millones de personas en sus casas, con salidas autorizadas sólo por razones esenciales como la compra de alimentos.