Acarreo fallido
16,399,922 votantes en la reciente revocación de mandato, usando toda la fuerza federal, estatal y municipal para un convencimiento motorizado y pagado, llamado comúnmente acarreo, de los cuales el 90 % votó por la permanencia en el poder del presidente en turno, como era de esperarse.
De esa cantidad seré benevolente considerando que el porcentaje de votantes con voluntad propia fue un 30 % de esta cantidad y el 70 % restantes fueron artificialmente obligados a votar gracias al acarreo a nivel nacional, violando todas las leyes electorales establecidas.
Yo no esperaba tantos votos, consideré que llegaría difícilmente a los 12 millones.
Como haya sido, el presidente en turno ganó y está calentando motores para el año 2024, destruyendo o intentar destruir el INE, nombrar un presidente vía el partido Morena, manejable, dócil y fiel, ya que seguro él tendrá un puesto honorario en el partido, y tratará de ser el poder tras el trono, por la sencilla razón que Morena sin López Obrador tendría una muerte lenta y segura.
Se está observando el músculo de algunos de sus prospectos y alineados, haciendo méritos para algún puesto, y desde luego, su fuerza personal.
Honestamente no creo en sus comentarios que se retirará después del 30 de septiembre del 2024 a su rancho.
No falta algún fiel e ignorante a ultranza que ya lo está proyectando más allá del 2024 como Felix Salgado Macedonio, de triste prestigio, pero gran amistad con el presidente en turno.
Todavía nos falta mucho por ver, ya que la popularidad del presidente en turno es muy vulnerable y va en caída por obvias razones de asuntos sin resolver, promesas no cumplidas, violaciones flagrantes a las leyes y el tiempo que no perdona, pero aun con la poca asistencia le da una buena dosis de oxígeno por los 15 millones que votaron por que siguiera en el puesto, no obstante que su “pueblo” sigue con él.
El INE hizo un digno trabajo, no bastante la andanada de descalificaciones del presidente en turno, haciéndole eco su marioneta y sus títeres, seguramente atendiendo a una orden presidencial.
Una pregunta: ¿valió la pena 1,690 mdp este ejercicio de revocación? ¿No tenemos necesidades más apremiantes en el país? ¿No tenemos escasez en medicinas? ¿Le conviene al presidente en turno desperdiciar esa cantidad de dinero para dar otro uso a esta votación? Creo que en su entramado político le convino “haiga sido como haiga sido”
Obviamente que el gobierno y satélites echaron las campanas al vuelo por el “triunfo” de la votación. Los demás observamos que fue una señal de deterioro en el número de votantes, no obstante, el acarreo desmedido llevado a cabo, y acabando por haber organizado un “acarreo fallido”.