Emotiva bienvenida a los antorchistas guadalupanos
Minutos después de las 6 de la tarde llegaron al punto de reunión frente al río Agustín Flores, los integrantes de la misión número 46 de los antorchistas guadalupanos en honor de la familia Robles Contreras.
Este es el punto de inicio de la última etapa de este maratón evangelizador donde se traslada el fuego de la fe desde la Ciudad de México para recorrer miles de kilómetros de autopistas y carreteras, visitando varias comunidades y familias que los esperan a su paso para saludarlos, brindarles alimentos y encender sus cirios y veladoras tanto en sus hogares como en las parroquias.
Dicho maratón tiene una duración de cuatro días y tres noches, lo que se convierte en 82 horas de carreras en relevos hasta Ameca.
Luego de la gran recepción que recibieron por parte de las comunidades del valle de Ameca, los antorchistas se adentraron en la sierra madre entre las montañas con bajas temperaturas y en camino a la siguiente meta, la cual era Talpa de Allende a las 6:30 de la mañana y donde amigos de Puerto Vallarta les ofrecieron algunos alimentos. Cabe mencionar que otra parte del equipo siguió hasta el rancho de Los Ocotes, lugar donde también los estaban esperando.
A las 10 de la mañana retomaron ruta a Mascota para así enfilarse rumbo a Puerto Vallarta, no sin antes recorrer 80 kilómetros desde la Sierra Esmeralda para continuar hasta la Estancia de Landeros, Las Palmas y finalmente llegar al puente de camarones en el ingreso a Puerto Vallarta.
Así se dio la gran bienvenida por parte de los familiares y amigos de los antorchistas Guadalupanos en la antesala del final de su jornada.