Advierten que marea roja es frecuente en la bahía
La maestra María del Carmen Cortés Lara, profesora investigadora del Centro Universitario de la Costa, informó que, de acuerdo con el programa de monitoreo del agua del mar que se realiza en el Centro de Investigaciones Costeras, en el Departamento de Ciencias Biológicas de esta universidad, desde hace 13 años hay presencia de marea roja en la bahía, por lo que se ha recomendado que no se haga captura de peces ni introducirse al mar al presenciar esta coloración.
En este sentido, la maestra explicó que, de acuerdo a los estudios, los colores de la marea en los florecimientos de algas pueden ser desde rojo muy intenso, que son los más comunes, hasta blanco y verde. Aunque también hay café o anaranjado.
“La toxicidad no se relaciona con la coloración por que puede haber especies que sean abundantes en el agua del mar son prácticamente incoloro, por lo que no hay una relación si el color si es rojo es más tóxico que otro tono”.
Aunado a ello, señaló que el motivo de la presencia de florecimientos de algas es porque cualquier especie se puede considerar como un organismo recurrente, y dentro de su ciclo de vida forma quistes, que no están en condiciones de desarrollo y crecimiento en la columna de agua, por lo que se van al sedimento.
“Pero cuando viene una marejada huracán o tormentas tropicales, se remueve el sedimento y hace que los quistes vuelven a la columna de agua y esto permite que nuevamente se forme el florecimiento de algas, pero es importante resaltar que gracias al programa de monitoreo de 13 años, considerando las abundancias de este microorganismo en la bahía”.
Incluso, recordó que a finales del mes de agosto y principios de septiembre, se registró en Los Arcos de Mismaloya y Yelapa, una coloración “rojiza”, y que llamó mucho la atención de los prestadores de servicios turísticos náuticos y visitantes.
Es por ello que, hizo un par de recomendaciones, entre ellos a los pescadores y es el tener cuidado con la marea roja, en cuanto a la captura de peces; o bien recogerlos cuando estén flotando, para el consumo humano. Mientras que a los buzos, cuando observen un florecimiento de algas, no se introduzcan al mar para evitar dermatitis.