El coronavirus tiñe de miedo y soledad embarazos y partos

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Foto: afp.com/es

Internacional (afp).- Jamie Chui pasó prácticamente todo su embarazo confinada en Hong Kong. Primero para evitar los gases lacrimógenos de las manifestaciones antigobierno y después debido al coronavirus. Ahora, se prepara para la prueba más dura: el parto sin su pareja al lado.

El coronavirus ha infectado a más de un millón de personas en todo el mundo. En estos momentos, Asia, donde surgió el patógeno en diciembre, se enfrenta a una segunda ola de la epidemia, que hace que las mujeres tengan que dar a luz en unas condiciones muy inusuales.
China, al igual que Hong Kong, puso en marcha algunas de las medidas más estrictas del mundo para prevenir la propagación del virus en las maternidades. Hasta el punto de prohibir en los hospitales públicos que la pareja esté presente durante el parto o acuda a la habitación, una vez que su hijo o hija ha nacido.

Además de los miedos que surgen con el embarazo, las futuras madres deben dosificar y controlar también los temores al contagio y lidiar con la perspectiva de un parto sin ningún familiar a su lado, en un momento en que el personal sanitario está desbordado por el gran número de casos de COVID-19.

“Para mí, lo más estresante es que los hospitales prohíban las visitas y la presencia del padre en el parto”, confía Jamie Chui. “Tendré que luchar sola”.

“Francamente, tengo miedo. ¿Pero qué puedo hacer?”, añade.

El embarazo en casa

Jamie Chui se quedó embarazada cuando Hong Kong atravesaba la peor crisis política desde su retrocesión en 1997, con manifestaciones casi diarias y a menudo violentas, en las que se denunciaba una pérdida de libertades en la ciudad, ante una influencia cada vez mayor del gobierno central chino.

Por temor a los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes radicales, y por miedo a que los gases lacrimógenos pudieran perjudicar al feto, decidió quedarse en casa. Y hoy en día sigue confinada, pero a causa del coronavirus.
“Pasé casi todo mi embarazo en casa”, cuenta la fotógrafa, de 33 años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la pareja acompañe a la mujer durante el parto en su “Lista de control para la seguridad de parto”, publicada previamente al estallido de la epidemia.

En Nueva York, algunos hospitales también intentaron instaurar estas medidas, pero se toparon con un fuerte rechazo. El gobernador, Andrew Cuomo, firmó una orden para que ninguna mujer dé a luz sola después de que una iniciativa ciudadana recogiera 600.000 firmas en este sentido.

En Hong Kong, las mujeres que pueden permitírselo, dan a luz en hospitales privados pagando 100.000 dólares hongkoneses (12.000 euros), donde sí está permitida la presencia de la pareja.

“Tuve que prepararme mental y físicamente para dar a luz sin el apoyo de mi marido”, explica Lidia Inês Cardoso Ribeiro, de 36 años, quien afirma que pidió a la autoridad hospitalaria que diera marcha atrás en su decisión.

“Todas las mujeres deberían tener derecho de elegir si quieren o no quieren tener a alguien a su lado”, recalca.

Parto más difícil

Para Christina Kimont, una comadrona canadiense que reside en Macao, la ausencia de un familiar aviva el nerviosismo de las mujeres.

Y esto implica, según ella, partos “más largos y más difíciles, y la probabilidad de un aumento de los procedimientos quirúrgicos” invasivos.

Irma Syahrifat, que acompaña a las mujeres embarazadas en Indonesia, cuenta que en algunas consultas, el médico iba equipado con un traje integral de protección, lo que acentuaba el estrés de las mujeres.

Los hospitales indonesios siguen autorizando la presencia de la pareja, pero según Syahrifat, habría que prepararse mentalmente por si el día de mañana esto no fuera así, porque las reglas no paran de cambiar.

Los estudios sobre el impacto del COVID-19 en las embarazadas son todavía muy limitados. Pero la OMS dejó entrever que ellas no son más vulnerables que el resto de la población.

Sin embargo, un estudio realizado por científicos chinos que siguieron a 33 mujeres embarazadas en Wuhan, donde surgió la epidemia, mostró que sí se dan casos de transmisión del virus, pues tres recién nacidos dieron positivos al test.

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