Lo más revolucionario es cortar el flujo de cáncer tabáquico

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Por ello, y para lograrlo, te hemos propuesto como egresados de la UNAM, como tú, señor presidente, la creación de un impuesto adicional al tabaco y al alcohol.

Más no para que sólo aumente de tamaño el comillo fiscal del gobierno exterminador de los gobernados, los cuales son educados por todos los medios concebibles, para que sean los muy redituables consumidores desde la más temprana edad y esclavos de la adicción tabáquica y alcohólica; hasta su inducido, pronto y doloroso fallecimiento.

Ello sería más que un simplismo obediente, de aquellos que simulan luchar contra el tabaquismo pero cobran en organismos del sector salud. Basta verlos en las muy manipuladas conferencias “mañaneras”, especialmente los martes. Y muy destacadamente al epidemiólogo famoso: Hugo López Gatell, y su maestro y titular de la Secretaría de Salud.

Contrariamente a esa complicidad criminal, se ha propuesto el referido impuesto adicional al tabaco y al alcohol, que abata finalmente tales fuentes de perversidad industrial y que generan las condiciones para toda una pandemia de cáncer en el mundo. Y que no sólo sea cosmético, sino de gran escala y dedicado a la creación, desarrollo y mantenimiento de la universidad pública, que impulsamos bajo la denominación de: Universidad Internacional Contra el Cáncer.

Ya el pasado viernes 2 de septiembre del año que cursamos, hicimos referencia a tan trascendente propuesta, y la explicamos en su papel, precisamente de que sea trascendente. Y amable lector, en éste mismo medio de periodismo libre y responsable se puede consultar, en la sección de “columnas”.

Precisamente por la denominación de internacional, ya se han cursado invitaciones para su creación, a los presidentes Biden y Maduro. Ambos muy sensibles por sus afectos y familiares, eliminados prematuramente por el temible cáncer. A la mejor, son más reactivos y creativos, que nuestro esperanzador mandatario.

Nada más y nada menos.

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