Comisario: seguridad antes que fustigar la libre expresión
Desde el pasado sábado en que se dio con la localización de la camioneta de la periodista Susana Carreño en la brecha a La Palapa, luego del ataque perpetrado en su contra, el comisario de Seguridad Ciudadana de Puerto Vallarta, se ha preocupado por cuestionar a los reporteros de la fuente policíaca, quienes llegan a los lugares a cubrir la nota con oportunidad.
Pareciera que ésta preocupación supera a la de la propia seguridad de Puerto Vallarta. Pareciera estar más preocupado por la forma en que los reporteros se dan cuenta de los hechos que cimbran a la región que por los problemas que aquejan a la dependencia, como el robo de armas y un radio que les sustrajeron en una persecución reciente donde sus elementos fueron agredidos.
Como es conocido, la fuente policíaca es una de las fuentes periodísticas en donde se corren mayores riesgos. Todos los reporteros de esta fuente estamos expuestos a ser agredidos y ahora es claro y visible que más, puesto que Puerto Vallarta no cuenta con la seguridad que se requiere.
Durante el hallazgo de la camioneta de Susana Carreño, se registraron dos situaciones: una buena y una mala. La buena es que amablemente uno de los elementos de seguridad presentes cuestionó si se trataba de reporteros los que estábamos ahí tomando gráficas, solicitándonos nuestra identificación, lo cual hicimos sin problema. Un maestre de la Marina, que es la dependencia que realmente está a cargo de la seguridad en Vallarta amablemente dijo “haga su trabajo, pero le encargo (cubrir) los rostros de los elementos” y se retiró dejando que hiciéramos nuestra actividad.
Lo malo fue después, cuando llegó uno de los escoltas del comisario de manera altanera cuestionando “¿cómo es que los reporteros se daban cuenta de los hechos?, ¿Ustedes qué, cómo se dan cuenta?, ¿Quién les avisa?”, fueron sus palabras.
De manera amable se le contestó que no tenemos (los reporteros) por qué informarle quién o quiénes nos ponen al tanto de los hechos y que nos permitiera hacer nuestra labor reporteril.
Y es que el comisario, Eloy Girón Alcuria, se encuentra muy molesto porque los reporteros nos damos cuenta de los hechos delictivos que ocurren en Vallarta, a sabiendas que ese es nuestro trabajo y nuestra obligación con la información y la transparencia, estar en el lugar de los hechos en busca de la verdad.
El comisario está muy molesto porque cree que alguien de la Comisaría dotó a medios de comunicación, elementos como radios, a los reporteros, lo que no es exacto. En nuestra opinión, el funcionario debería estar más preocupado por implementar estrategias eficaces para brindar mayor seguridad a la ciudadanía, incluso a los reporteros, que por averiguar quién es nuestra fuente, la que legalmente permanece bajo nuestro silencio.
Debería mejor preocuparse por recuperar las armas y los radios que les robaron a sus elementos quienes por falta de unidades fueron víctimas de agresión por parte de sujetos armados.