El último santuario del jaguar está en Jalisco
En la costa de Jalisco se encuentra la Reserva de la Biósfera Chamela-Cuixmala, la cual tiene un bosque tropical seco sobre colinas onduladas, con manglares y humedales más bajos. También hay arrecifes de coral y es refugio de varias especies marinas.
La reserva también es considerada como uno de los últimos refugios del jaguar, especie en peligro de extinción.
Historia
A finales de la década de los setenta, el multimillonario franco-británico James Goldsmith compró 9700 hectáreas de selva y humedales, las cuales destinó a la conservación.
En 1988, junto a la UNAM, el empresario Goldsmith creó al Fundación Ecológica de Cuixmala, y es a partir de 1971 que instalan la Estación de Biología Chamela, la cual impulsa la investigación científica de la zona.
Entre las especies amenazadas que alberga encontramos:
- Jaguar (Panthera onca)
- Puma (Puma concolor)
- Pericos guayaberos (Amazona Finschii)
- Guacamayas verdes (Ara militaris)
- Cocodrilos de río (Crocodylus acutus)
- Cuatro variedades de tortuga marina.
50 años de investigación
Este año, la Estación de Biología de Chamela de la UNAM cumplió medio siglo de vida.
Ha sido espacio de investigadores y tesistas que generaron un invaluable acervo sobre trabajos de botánica, zoología y ecología de los bosques tropicales secos.
Una de las maravillas del lugar es que por ser un ecosistema donde, debido a la escasez de agua, los procesos evolutivos se desarrollan al límite, se han generado las condiciones para que se dé la presencia de especies endémicas.
La bióloga Alicia Castillo del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la UNAM campus Morelia, explica:
“Es una región única, con cuatro meses de lluvia al año y ocho meses en que la vegetación parece muerta, porque los árboles tiran las hojas. La gente la ve como terreno con árboles muertos, pero están muy vivos”.
Jaguares y Pumas
Rodrigo Núñez Pérez, responsable del programa de monitoreo del jaguar y el puma, explica que el lugar funciona como refugio de jaguares y pumas, y al ser una zona muy pequeña, permite la repoblación fuera de área protegida, por lo que el monitoreo también se realiza en la sierra costera de Jalisco y Nayarit:
“Los grandes felinos, al salir de la reserva, afrontan circunstancias complicadas: los matan por considerarlos una amenaza para el ganado. En ese sentido, hemos avanzado en la comunicación con las comunidades aledañas, para que se sensibilicen de la importancia de conservar a estos depredadores”.
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Los problemas de ser un área natural protegida
La bióloga Alicia Castillo explica:
“Las reservas de la biosfera fueron diseñadas para mantener vínculos con poblaciones locales, y aquí no vive nadie. Casi 10 mil hectáreas son privadas y ha sido casi nula la interacción con las comunidades. Predominó la investigación biológica más que la socioecológica, pero estamos claros que es algo que se debe cambiar”.
Por ello, el verdadero reto consiste en integrar a las comunidades vecinas a un modelo regional de gestión del territorio; se debe concientizar a la población sobre la legitimidad de un área natural protegida.
Las comunidades vecinas son:
- Chamela
- Francisco Villa
- Emiliano Zapata
- Juan Gil Preciado
- Punta Pérula
Sin embargo, son varias las comunidades que consideran a la reserva como un latifundio donde los únicos privilegiados serán los dueños.
El investigador del Centro de Zonas Costeras de la Universidad de Guadalajara, Francisco de Asís Silva Bátiz precisa:
“No quieren ser una isla, pero les falta acercarse a comunidades aledañas, y esa carencia se agrava con la falta de políticas estatales y federales”. Sin olvidar que las preocupaciones cotidianas de los habitantes de la costa, no han sabido ser asumidas en el proyecto.
Si no convencen al campesino, al ganadero, al pescador, de que conservar ayuda a que mejore su ingreso; a que se haga aliado, porque su vida va a cambiar con proyectos mejores, va a ser difícil remontar la desconfianza”.