Pandemia impulsa teorías de la conspiración sobre el 9/11

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Para Heather Bauer, el aniversario del 11 de septiembre significa algo más que el derrumbe de las Torres Gemelas, los escombros humeantes del Pentágono y la caída de un avión en un campo de Pensilvania.

En vez de aceptar el consenso general de que Al Qaida llevó a cabo esos ataques, ella cree que el gobierno estadounidense es el principal responsable. Una de las mentiras reiteradas en eventos con motivo del vigésimo aniversario del 11 de septiembre.

“Cuestiono absolutamente todo ahora, y me pregunto cuánto de lo que nos han dicho es realmente cierto”, dice Bauer a la AFP. Y eso incluye la existencia del covid-19, en la que no cree.

Ama de casa en Wisconsin, Bauer tenía 14 años cuando los ataques a las Torres Gemelas dejaron casi 3.000 muertos.

Durante años creyó en la versión oficial, antes de caer en la teoría de la conspiración QAnon. Ahora piensa que los ataques fueron orquestados para justificar la guerra en Irak que siguió en 2003.

Es una ferviente adherente del movimiento de escépticos sobre los eventos del 11/9, cuyos miembros discuten sin cansarse supuestas evidencias sobre una demolición controlada de las Torres Gemelas.

La teoría fue desarrollada con minucia durante los últimos 20 años, y ha sido desmentida con igual parsimonia por documentalistas y periodistas.

Con argumentos como que “el combustible de los aviones no puede fundir vigas de acero”, busca demostrar que alguien debe haber sembrado explosivos en las torres, ya que no podrían haber colapsado tan precisamente al ser alcanzadas por aviones.

 

Un país conspiranóico

En las conferencias presenciales organizadas por la comunidad de escépticos para el vigésimo aniversario del 11 de septiembre también se discutirán los orígenes de la pandemia del coronavirus y las vacunas.

La decimoséptima edición del “Festival de Cine sobre la Verdad del 11 de septiembre” tendrá lugar en un cine de Oakland, California, y será difundida en línea. Tendrá en cartelera documentales sobre la pandemia, entre ellos “Plandemic”, desacreditado y plagado de falsedades sobre el virus.

Carol Brouillet, organizadora del evento y fundadora de la Alianza por la Verdad del 11 de septiembre en el norte de California, lamenta:

“Hay tanto que queremos contar, y en tan solo ocho horas”.

Tan solo uno de los voceros del festival, Ken Jenkins, produjo decenas de DVD sobre el 11 de septiembre, según la página web del festival.

Las teorías de la conspiración sobre el 11 de septiembre fueron las primeras en beneficiarse de un amplio acceso a internet para difundirse más velozmente que sus antecesoras, sobre el asesinato de John F. Kennedy o el alunizaje.

“Estados Unidos es un país particularmente conspiranóico”, anota Garrett Graff, periodista y autor de libros sobre el tema.

Con internet, las teorías del 11 de septiembre crecieron no solo en impacto y alcance en comparación con las anteriores teorías conspirativas, sino que permitieron a quienes les creen organizarse más eficazmente, señala.

 

Del ántrax a la pandemia

“Las teorías de la conspiración sobre el 11 de septiembre llegaron en el momento preciso en que redes sociales y medios de comunicación en línea como YouTube realmente comenzaron a permitir a la gente difundir estas ideas a lo grande y de forma colorida y convincente”, agrega.

Como el grupo de Brouillet, el Comité de Abogados para la Investigación del 11 de septiembre realizará una conferencia el día del vigésimo aniversario, con un debate sobre el covid-19.

El evento fue bautizado “Del Ántrax del 11 de septiembre a la Pandemia”, en referencia a las cartas con esa sustancia tóxica enviadas a periodistas y políticos durante varias semanas en septiembre de 2001.

Para Mick Harrison, abogado en Indiana y director de litigios del comité, la conexión entre el ántrax de 2001 y el covid-19 es evidente.

“Debido a que investigamos la historia del trabajo de Estados Unidos en materia de armas biológicas para el caso del ántrax, nos preocupa que pueda haber un problema continuo con el uso de armas biológicas en este país”, indica.

Tanto Bauer como Harrison asumen como un deber cívico su lucha por revertir la narrativa establecida desde hace más de 20 años.

Lucho:

“Por un mejor país al hacer más democrático este gobierno, más responsable, más transparente”, defiende Harrison. “El 11 de septiembre es un problema en ese sentido, porque aún no sabemos la verdad sobre lo que ocurrió”.

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