Sputnik V light demuestra eficacia de 93,5% contra Covid-19

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El fabricante de la vacuna Sputnik V, también conocida como la vacuna rusa, asegura que su antígeno de una sola dosis mostró una alta seguridad y una eficacia del 93,5% contra la infección por Covid-19 en Paraguay.

El Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF, el fondo soberano de riqueza de la Federación Rusa) indicó esta mañana que

“Los datos obtenidos de la vacunación de más de 320.000 personas en Paraguay con la vacuna Sputnik Light de una sola dosis (el 1er componente de Sputnik V) muestran una alta seguridad y una eficacia del 93,5% contra la infección por COVID”.

El cálculo de la eficacia se realizó con base en el análisis de datos de 320 mil personas que recibieron la vacuna “Sputnik Light” hasta el 30 de julio de 2021, según Rusia.

En comunicado los fabricantes de la vacuna rusa señalaron que debido a su alta seguridad y eficacia en diversos países, la vacuna “Sputnik Light” se usa actualmente no solo de manera independiente, sino que también se está estudiando en combinación con medicamentos de otros fabricantes.

El enfoque de refuerzo heterogéneo (el “cóctel de vacunas”, que utiliza el serotipo 26 de adenovirus humano como primer componente y el serotipo 5 como segundo componente) es la base de la primera vacuna contra el coronavirus registrada en el mundo “Sputnik V”.

Teniendo en cuenta el éxito de este enfoque para garantizar una inmunidad estable y a largo plazo contra la nueva infección por coronavirus, RDIF ha sido el pionero en establecer alianzas con otros fabricantes de vacunas y en realizar una investigación conjunta sobre la combinación del primer componente de “Sputnik V” con medicamentos extranjeros.

Concretamente, los resultados preliminares de seguridad del primer estudio clínico del mundo sobre el uso combinado de la vacuna “Sputnik Light” y el fármaco AstraZeneca en Azerbaiyán demuestran la ausencia de efectos adversos graves, así como de casos de infección por coronavirus después de la vacunación.

En Argentina se está realizando una investigación conjunta con la participación del RDIF, los ministerios de salud y ciencia, así como el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) para evaluar la seguridad e inmunogenicidad del uso combinado de “Sputnik Light” con medicamentos contra el coronavirus de AstraZeneca, Sinopharm y Moderna en la ciudad y la provincia de Buenos Aires y en las provincias de San Luis, Córdoba y La Rioja. Los resultados de la investigación se publicarán en una revista médica revisada por pares.

Kirill Dmitriev, director ejecutivo (CEO) del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), ha declarado: “El uso de la vacuna monocomponente ‘Sputnik Light’ permite a las autoridades de Paraguay acortar el proceso de vacunación de la población y acelerar la consecución de la inmunidad colectiva. Los datos del Ministerio de Salud de Paraguay y de varios otros países del mundo confirman que ‘Sputnik Light’ presenta altos niveles de seguridad y demuestra una mayor eficacia en comparación con muchas vacunas de dos componentes”.

En Paraguay aseguran que no les administraron Sputnik de una sola dosis

Sin embargo, en la publicación de los fabricantes de la vacuna rusa, algunas personas escribieron que en Paraguay no se les ha suministrado la Sputnik light o de una sola dosis, o que al menos, no es lo que les informaron.

En México y Argentina, en donde se aplica Sputnik V contra coronavirus, se ha tenido que aplazar la segunda dosis de vacunación en algunos lugares, como en Ecatepec, o combinar con AstraZeneca, como en Buenos Aires, ante el retraso de un segundo componente.

¿Por qué hay escasez de Sputnik V?

La aparición de las vacunas contra el coronavirus, creadas a una velocidad nunca vista en la historia, marcaron un antes y un después en la lucha contra la pandemia.

Pero las dificultades para producir las vacunas a una escala sin precedentes está causando dificultades en varias partes del mundo.

El primer gran escollo fueron los problemas con la producción y los temores sobre posibles riesgos de la vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford, que llevó a muchos países a tener que buscar alternativas.

Algunos optaron por las primeras vacunas estadounidenses que salieron al mercado: Pfizer-BioNTech y Moderna.

Pero cuestiones económicas (son las vacunas más caras) o geopolíticas llevaron a algunas naciones -entre ellas varias latinoamericanas- a apostar por una inoculación que aún no ha recibido el visto bueno de la Organización Mundial de la Salud: la Sputnik V.

La vacuna rusa fue la primera en ser registrada en el mundo, el 11 de agosto de 2020, pero la falta de datos sobre su composición generó escepticismo en un comienzo.

Sin embargo, cuando en febrero pasado la revista científica The Lancet publicó los resultados de la tercera fase de ensayos, que mostraban que la Sputnik V era una de las vacunas más eficaces del mundo -con un 92% de protección-, el interés creció.

El Fondo Ruso de Inversión Directa (conocido como RDIF, por sus siglas en inglés), que comercializa Sputnik V en el exterior, afirma que 69 países han autorizado esta vacuna.

Y Rusia ha firmado contratos por más de 130 millones de dosis con algunas de estas naciones.

Pero, al igual que ocurrió con la AstraZeneca, la demanda ha sido mucho más alta que la oferta, y ahora la mayoría de los países que firmaron acuerdos para adquirir la Sputnik V están en problemas por falta de dosis.

Las dificultades tienen una particularidad: a diferencia de las otras vacunas de dos dosis, que usan el mismo componente en ambas vacunas, la Sputnik V utiliza componentes diferentes.

Y mientras que varios países se quejan porque no han recibido las cantidades pactadas de ambas dosis, algunos tienen un problema diferente: las vacunas que sí recibieron eran mayoritariamente del componente uno.

Esto ha llevado a que millones de personas que han recibido la primera dosis de la Sputnik V no estén pudiendo completar su inmunización por la falta de segundas dosis, que se han fabricado a una escala mucho menor que la primera.

 

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