¿Cómo afecta la tercera ola de la pandemia a los jóvenes?

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Diego volvió a salir con amigos a medida que se ampliaba la vacunación contra el covid-19 en México. Hoy, en una cama de hospital, admite su descuido frente a este enemigo “cruel“.

Creo que sí bajé bastante la guardia pensando que no me iba a dar, pero al final sí me dio“, dijo a la AFP el estudiante de 20 años en una clínica privada en Coacalco, un suburbio al norte de Ciudad de México:

“Esto no es una broma, es una enfermedad bastante cruel”.

Cómo afecta la tercera ola de la pandemia a los jóvenes

El repunte llevó al gobierno a declarar el viernes en máxima alerta a la capital -de 9,2 millones de habitantes-, aunque sin medidas restrictivas. 

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Diego, quien evitó dar su nombre completo, es uno de los 16 enfermos de coronavirus que atiende el hospital. Solo tres son mayores de 60 años, a diferencia de los picos de mediados de 2020 e inicios de 2021 cuando los jóvenes parecían estar a salvo.

El resto de los pacientes tiene entre 20 y 36 años.

México, de 126 millones de habitantes, es el cuarto país más enlutado por la pandemia en números absolutos con 244.248 fallecidos, a los que se suman unos tres millones de casos confirmados, 137.684 activos. 

Factor Delta

La nueva oleada obedece a la más contagiosa variante Delta, que en las últimas ocho semanas pasó de representar 31 % a 67 % de los casos, según la Organización Panamericana de la Salud.

Parece que ni al gobierno ni a nadie le interesó devolver a las casas a las personas“, comenta Jesús Victoria, jefe de enfermería de la clínica.

Se suma que los mexicanos de 18 a 29 años recién comenzaron a ser vacunados el 27 de julio, observa Victoria, quien también recibe pacientes inmunizados. 

“El covid los acaba muy rápido. Hemos tenido la oportunidad de dar egreso a la mayoría, pero también hemos tenido muchos fallecimientos de gente joven”, lamenta.

Pese al repunte, la ocupación hospitalaria se mantiene lejos del pico de enero cuando superó 90 %, gracias a la vacunación. Actualmente están disponibles 49 % de las camas generales y 58 % de las equipadas con ventilador, según el gobierno.

Mientras, unos 50 millones de personas han recibido al menos una dosis de inmunizante, y de ellas 27 millones tienen el esquema completo.

Sin restricciones

Héctor López, programador informático de 26 años internado también por covid, reconoce que su familia se confió. 

Por lo general no salgo, el problema es que mi familia sí“, afirma Héctor, próximo a ser dado de alta. “Había estado cuidándome, no había salido, nada que no fuera necesario“, añade junto a las máquinas que monitorean sus signos vitales.

Más allá de casa, Héctor observaba cada vez mayor movimiento entre sus conocidos y menos restricciones de las autoridades. 

“Era muy fácil ver en Facebook que estaban en un bar o en una fiesta como si no hubiera nada”, cuenta.

Aunque el gobierno federal elevó a rojo el semáforo epidemiológico en Ciudad de México, las autoridades capitalinas lo mantuvieron en naranja (segundo nivel) y descartaron restringir actividades económicas. 

Para Mayra Jiménez, también internada por covid, contagiarse es un azar pues aun cuando se cuidaba terminó en el hospital, a diferencia de quienes “se reúnen y no usan cubrebocas”.  

“No somos de hacer fiestas ni reuniones. La verdad es que sí es mucha suerte”, dice la mujer de 39 años. “Yo salí bien, pero hay personas que están muy mal”, añade entre lágrimas. 

Agotamiento

Jesús Victoria confiesa que nunca se ha sentido “héroe” por su trabajo en la pandemia. 

Todo el tiempo sentí miedo“, reconoce tras salir del área covid, con una mezcla de cansancio y desilusión.

“No sé si como sociedad estemos fallando, si el gobierno está fallando. Centros comerciales están abiertos, los cines, los deportes, es algo que complica y es una de las variables que está jugando en contra de la atención médica”, afirma.

 

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