Menos inversión extranjera
Calíope
Según el dicho de la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, la inversión extranjera directa que recibió México durante el primer trimestre de 2021, que presumió el presidente Andrés Manuel López Obrador recientemente, fue desmentida por Carlos Urzúa, el ex secretario de Hacienda.
La balanza de pagos para el primer trimestre de 2021 es pública y sus resultados son más bien desalentadores antes que ser buenos. La preocupación sobre lo que sucede en materia de la inversión extranjera directa es creciente. Urzúa explicó que de acuerdo con la información del Banco de México la inversión extranjera directa durante el primer trimestre de este año fue de 11,864 millones de dólares, comparado con los 16,751 millones de dólares del mismo periodo pero del año pasado, y también con los 14,508 millones de dólares de igual periodo del 2019. Por lo que la cifra es mucho menor.
Hoy la suma de la inversión privada y la pública en México es similar, en términos del producto interno bruto, a la de 1996, es decir hace 25 años. Hace días la Secretaría de Economía anunció con ahínco que la inversión extranjera directa recibida en el primer trimestre de 2021 fue 14% mayor a la del mismo periodo de 2020 y la mayor recibida en un trimestre desde 1999. Sin embargo, la inversión extranjera directa se registra originalmente en la Secretaría de Economía, una vez que una empresa de capital extranjero, ya radicada o por radicar en México, le notifica los montos de las inversiones que realizará. Estos montos no son fondos que entrarán del exterior para nuevas inversiones, sino que pueden ser, lo cual es más común, reinversiones de utilidades o cuentas entre compañías que pertenecen al mismo grupo corporativo.
Por ello es el Banco de México quien está a cargo legalmente de la contabilidad precisa de los flujos de inversión que entran y salen del país, en particular de cuánto realmente suena en caja debido a la inversión extranjera.
Por eso no es bueno echar las campanas al vuelo, en especial en la situación tan crítica en la que nos encontramos. La economía apenas resurge y aunque no dejan de ser buenas noticias, es necesario reconocer el piso en el que estamos parados.