El Moisés de su pueblo
Nadie en los Estados Unidos de Norteamérica luchó tanto tiempo para que los campesinos fueran reconocidos por el trabajo que desempeñan al servicio de esa nación del norte.
El líder de esa lucha fue César Chávez. El presidente Bill Clinton llegó a decir que César Chávez fue el Moisés para su pueblo.
Originalmente el trabajo en el campo lo hicieron los esclavos. Ingleses, pero principalmente los portugueses cautivaron hombres y mujeres de áfrica para transportarlos a Norteamérica donde fueron vendidos por miles a los norteamericanos dueños de los vastos terrenos de California, Arizona, Nuevo México, Texas y Florida. Esta fue la época de la esclavitud.
Sin gente para cultivar el campo durante la segunda guerra mundial, Norteamérica ofreció trabajar a miles de mexicanos que se quedaron a vivir como indocumentados quienes fueron esclavizados por los dueños de esos terrenos cultivables.
Mal pagados, con muy pocas posibilidades de crecer, en los años cincuenta del siglo pasado surgió la figura de César Chávez quien logró integrar la Unión Sindical Campesina reconocida finalmente por las autoridades tras más de treinta años de esfuerzo con enemigos que trataron de ultimarlo, motivo por el cual trabajo escondiéndose entre los mismos campesinos en los pueblos de California hasta su muerte en 1993. En esa lucha se integraron otros pueblos latinos y el pueblo de ascendencia africana luego de ser liberados por Abraham Lincoln.
La historia de César Chávez es apasionante por el trabajo realizado a favor de los campesinos mereció el reconocimiento de las mismas autoridades norteamericanas. A más de sesenta años de aquella lucha se le considera un icono en el desarrollo de USA.
Pueblos, calles, escuelas y parques llevan su nombre. Un busto de César Chávez figura en la misma oficina donde despacha desde el reciente veinte de enero el nuevo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
Hoy, una nieta de César Chávez, July, forma parte de ese gobierno.
Durante los muchos años de lucha, César Chávez llegó a declarar que la fuerza campesina integrada en su mayoría por mexicanos llegaría a ser para los Estados Unidos del norte la primera minoría norteamericana.
Realidad que ya se considera muy próxima con la orden ejecutiva de Joe Biden, el presidente, quien determinó reconocer a todos los indocumentados como parte de la población norteamericana, es decir, que desde este mismo año 2021 toda la raza indocumentada formará parte del censo nacional. El siguiente paso sin duda habrá de ser la nacionalización de los más de doce millones de mexicanos que viven, trabajan y pagan impuestos.
Así, el sueño de César Chávez está a punto de ser una realidad, por lo pronto todos los indocumentados van a ser integrados al censo, el paso que sigue es esa realidad que soñó todo el tiempo César Chávez.
Significa también que todos los campesinos mexicanos que trabajan las productivas tierras de Norteamérica, legalizados, pueden aspirar a mejores salarios.
El salario mínimo al otro lado del Río Bravo va desde 10.50 la hora hasta los 15 dólares, dinero que es para esos mexicanos la voluntad de enviar las remesas que llegan a los pueblos mexicanos.
Vale decir que esas remesas son millones de dólares mensualmente y que llegan a representar hasta el 4.5 por ciento del PIB mexicano ¡Viva César Chávez! No se sabe que en México se le dedique una escuela o una calle.
NOTA: Nuestras condolencias a la familia de ese gran personaje que fue como amigo David Díaz Farías. Espero leer la nota de Martha Ramírez Ruiz.