China debe dejar que la ONU verifique situación de uigures
El ministro británico de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, instó a Pekín a aceptar que los observadores internacionales de la ONU puedan visitar China para comprobar en qué situación se encuentra la minoría musulmana uigur en la región de Xinjiang.
Denunciando la “barbarie” cometida por el régimen chino hacia los uigures, el Reino Unido adoptó medidas esta semana para impedir que las mercancías relacionadas con el supuesto trabajo forzado de esta minoría llegue a los consumidores británicos.
Frente a las acusaciones de campos de reeducación, de trabajos forzados, de tortura y esterilización, el embajador chino ante la ONU, Zhang Jun, denunció una injerencia de Londres en los “asuntos internos” de China y un “ataque puramente político”.
El trato infligido a los uigures es “absolutamente vergonzoso, indignante, chocante”, declaró el domingo Dominic Raab en la cadena Sky News.
Según él, hay una “manera simple” de arrojar luz sobre la suerte de los uigures: “permitir al comisario de la ONU sobre Derechos Humanos que visite y tenga acceso a los sitios” donde vive la minoría.
“Militamos para que una tercera parte con autoridad, como la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, efectúe esa visita”, insistió el jefe de la diplomacia británica.
Según él, le corresponde a la “justicia” determinar si los uigures son objeto de un “genocidio” o no, consideró.
“Y, francamente, no deberíamos entrar en negociaciones de libre comercio con países que violan los derechos humanos, muy por debajo del límite del genocidio”, agregó a la BBC, aludiendo al acuerdo de principio sobre las inversiones entre China y la Unión Europea, que el Reino Unido abandonó.
Según expertos extranjeros, más de un millón de uigures están detenidos en campos de reeducación política. Pekín lo desmiente y afirma que se trata de centros de formación profesional destinados a alejarlos del terrorismo y del separatismo tras los atentados atribuidos a los uigures.