Ni el INAI ni el IFT

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Calíope

La semana pasada el Ejecutivo Federal expresó su deseo de intervenir en algunos organismos autónomos, como el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) o el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos (INAI).

El pretexto es que son organismos que cuestan mucho y son ineficientes (léase neoliberales) dado que sus funciones podrían desarrollarse en las instancias propias del Estado mexicano.

Hemos visto desde hace décadas que esa fórmula falló, y aún más: fue fuente de grandes corrupciones, tratos en lo oscurito y un extremo control gubernamental. La lucha por tener estos organismos autónomos fue larga y complicada, pero siempre necesaria pues otorgan alguna garantía en la transparencia de la información o en el manejo de los medios de comunicación, por ejemplo.

Sin embargo son organismos incómodos para cualquier gobernante y no tenerlos (o controlarlos) les facilita la tarea de mantener el dominio sobre lo público.

Puede ser cierto aquello que expresó López Obrador de que son costosos y que no cumplen cabalmente con su propósito; en dado caso sería necesario revisarlos y eficientarlos, quizá convendría un reajuste presupuestario (sólo quizá, ya ven lo que pasó con el Metro de la Ciudad de México), pero de ningún modo su desaparición o reabsorción en el gobierno federal. Es como si se tratara de una gran reforma de Estado pero a la inversa.

El deseo del presidente parece ser ahorrar recursos y que el dinero público se quede en el gobierno y sea administrado por ellos mismos. Claro que el costo de la emergencia sanitaria lo está orillando a tomar medidas radicales como la eliminación de fideicomisos y de algunas instituciones autónomas.

No es una postura muy democrática, pero ante la pérdida del poder y del dinero (o su reforzamiento) necesita tomar ciertas medidas drásticas.

Para desgracia de los órganos autónomos, existe el antecedente de la eliminación de la reforma educativa en 2019.

Ahí se derogó la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), que era un órgano constitucional autónomo y hoy no existe más.

Parece que es más difícil desaparecer al INAI y al IFT y que su defensa está mejor articulada y argumentada, pero si presenta la iniciativa al Congreso con mayoría morenista, seguro que puede lograrlo.

A todas luces asistimos al desmantelamiento de diversos órganos del Estado y a su reforzamiento en una sola persona: el presidencialismo en pleno.

@cromerogabriell

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