Por un pelito de rana

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No es gracioso, pero es una verdad, Puerto Vallarta salva obstáculos por verdaderamente un pelito de rana. 

La pandemia ya nos pegó y se lleva a los vallartenses que por descuido o error no siguieron instrucciones para evitar los contactos que los han contagiado.

En el seguro social hacen su trabajo con efectividad, generaciones de jóvenes atienden noche y día a quienes llegan a pedir auxilio, en los sanatorios particulares, a quienes pueden pagar, se les atiende.

Exámenes de sangre, de orina, tratamiento con ozono, en fin, los detalles de todo el empresariado médico que atiende.

En forma particular, los amigos ayudan a sus amigos. Atenderse a tiempo, cuidar la sana distancia y salir de casa con un tapabocas es de cajón.

Las bajas en el sistema de fallecimientos son notables y ayudan a las autoridades a salvar por ese pelito de rana que las cosas se mejoren en el sistema que salva a los vallartenses. 

Una sana distancia, traer tapabocas puesto, pareciera mentira, pero cómo ayuda, eso se convierte en actividad económica que a todos nos beneficia.

Algo que a todos tiene contentos es el buen fin, las ventas en los principales centros comerciales se han incrementado. 

Las compras masivas sobre los aparatos electrónicos y sobre los equipos de cocina, refrigeradores y por supuesto las grandes pantallas se ven desfilar. 

El buen fin ha sido como cada año un éxito, en Puerto Vallarta se alarga por una semana más, según se anuncia en los medios informativos.

Agradable rutina

Desde hace varias semanas se graban y se conservan las pláticas de quienes asisten a escuchar a los lugares de oración.

Pareciera que por la pandemia también nos hemos alejado de escuchar la palabra de Dios.

En los templos católicos, con la sana distancia, los fieles escuchan misa. 

En los sitios que llaman cristianos asisten personajes para recordarnos pasajes de la biblia, se ve con frecuencia a personajes como Arnulfo Ortega Contreras y semana por semana en el Teatro Vallarta la voz joven de Fabricio se escucha con mucha atención. 

Aquí lo importante es que, por ejemplo, en Perdón y Amistad la presentación de Arnulfo Ortega se puede obtener en una grabación y escucharla cuantas veces uno quiera en forma particular, por cierto, la voz de Arnulfo llama la atención por los temas que toca. Agradezco a Don Arnulfo que me haga partícipe de esas charlas que son siempre interesantes.

Entre tanto, la vida sigue su marcha, como debe ser en un lugar totalmente turístico como es Puerto Vallarta, las playas están abiertas, los grandes almacenes con ciertas restricciones, se puede llegar incluso con la familia. 

La cosa es comprar algo que haga falta en casa, que lo mismo puede ser una gran pantalla de TV, una lavadora, una estufa o un refrigerador, cosas que son muy valiosas que aun cuando se tienen que pagar, alivian de momento la necesidad de la familia.

Mantener activa la economía es y va a ser lo mejor para un sitio que como Puerto Vallarta vive del turismo. 

Seguir los detalles de la sana distancia y cubrirse con un tapabocas, aunque no sea de los más finos eso nos ayuda a todos.

En el panorama internacional se siguen los pasos del presidente Donald Trump que se niega a dejar la casa blanca.

El presidente de los Estados Unidos estará ahí hasta el veinte de enero, por más que se niegue a aceptar los resultados, que ya en otros países se reconoce que viene un nuevo actor principal, Joe Biden. 

Termina la era de Donald Trump y empieza la era de cuatro años de un gran veterano de la política en los Estados Unidos. 

Biden llega con 74 años a tratar de mejorar las cosas, donde Trump ha desafiado a la naturaleza al insistir en quemar los productos fósiles que tanto dañan al medio ambiente. Sin duda, el mundo espera ese veinte de enero.

Entre tanto en Puerto Vallarta se espera que los pelitos de rana salven la economía de nuestro municipio y de nuestro estado.

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