Emisión de deuda para rescatar a Pemex

El Gobierno ha lanzado un plan de rescate para hacer frente a una deuda que, entre pasivos financieros y adeudos a proveedores, rebasa los 12.000 millones de dólares.
De acuerdo con fuentes allegadas al plan emergente, el refinanciamiento plantea el contar las líneas de crédito del Banco Mundial y de bancos globales como Deutsche Bank.
La iniciativa pasa por complejos esquemas de factoraje en el que los bancos comprarán deuda de Pemex, respaldada por el Gobierno mexicano, con descuentos y estos financiamientos se destinarán, principalmente, para pagar a los proveedores de la petrolera.
En el caso de la deuda financiera, el debate se centra en si la Secretaría de Hacienda podrá absorber una parte de la deuda o seguirá la línea del sexenio anterior solo con capitalizaciones directas a favor de la paraestatal.
Este año, la petrolera recibió del Gobierno federal una línea presupuestaria de 136.000 millones de pesos, unos 7.200 millones de dólares, para cubrir sus pasivos a corto plazo.
Pemex es la petrolera más endeudada del mundo. El saldo total de su deuda llegó a 101.000 millones de dólares, a marzo pasado. Un lastre al que se debe sumar el impago a los proveedores por casi 20.000 millones de dólares.
Con miras a esta cirugía mayor, que tendrá que contar con el aval de bancos, fondos y del Gobierno, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, adelantó escuetamente esta semana que ya se está diseñando una hoja de ruta que dé viabilidad a Pemex durante los próximos 15 años.
Es una visión de aquí, por lo menos, a 2040; de cómo Pemex va a seguir explotando petróleo, gas, petroquímica y otras acciones, en cómo va a garantizar sus contratos de servicio y en cómo va a garantizar sus contratos mixtos.
La verticalidad operativa ha sido uno de los pilares de esta reestructura con la eliminación de empresas filiales, reducción de nómina y alivio fiscal a través de la creación de un solo impuesto para la petrolera.
Pese a estos esfuerzos, la petrolera continúa en números rojos: sus pérdidas financieras rebasaron los 43.300 millones de pesos, unos 2.300 millones de dólares, según su reporte financiero enviado a la Bolsa Mexicana de Valores.
Al borde del colapso, los proveedores han amenazado con dejar de trabajar para Pemex si no les comienzan a cubrir los adeudos.
Miles de empleos se han perdido ya en los Estados petroleros como Campeche, Tabasco y Veracruz.
La Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (Amespac) ha asegurado que, si la llave de pago de Pemex no se abre, el sector estará en una parálisis.
El sueño de soberanía energética, planteado desde el sexenio anterior de Andrés Manuel López Obrador, aún parece lejano.
Pese a las transferencias millonarias que ambos gobiernos han inyectado a la petrolera, por más de un billón de pesos, la paraestatal continúa siendo la petrolera más endeudada del mundo.
En los últimos 20 años, Pemex ha pasado de ser un líder regional con una extracción de más de tres millones de barriles diarios a requerir de las transferencias gubernamentales para hacer frente a sus compromisos operativos y financieros.