Cena de nominados, cena con cuchillos: tensiones sacuden la Casa de los Famosos

La primera cena entre nominados estuvo marcada por silencios incómodos, reclamos abiertos y un ambiente que nadie logró suavizar
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Cena de nominados en LCDF

Después de la gala de nominaciones de este miércoles en La Casa de los Famosos México 2025, la jefa convocó a los cinco nominados a una cena especial, aparentemente para fomentar la reflexión y la convivencia. Sin embargo, lo que se sirvió en la mesa fue tensión pura. Olivia Collins, Ninel Conde, Elaine Haro, Priscila Valverde y Arturo Carmona se sentaron juntos por primera vez desde que fueron anunciados como los primeros en la cuerda floja. Y la velada no dejó a nadie indiferente.

Las mujeres tardaron en llegar a la mesa, a pesar de que la jefa ya las había llamado. Arturo, como buen caballero, esperó de pie, retiró las sillas para cada una y les sirvió agua. Pero la cordialidad no duró mucho. El ambiente se tornó espeso en cuanto Olivia fue cuestionada por su actitud durante los últimos días. Ella reconoció tener un carácter fuerte y explicó que el mal humor del día anterior fue producto del estrés, sumado a la presión emocional que le genera estar lejos de su familia, especialmente de su nieto.

No obstante, Elaine, con poco más de 20 años, enfrentó de tú a tú a la actriz de 67, señalándole que había sentido ciertas actitudes agresivas. Olivia, sorprendida, aseguró no haberlo notado y pidió que, si en algún momento vuelve a decir algo hiriente, se lo hagan saber de inmediato. Ninel intervino con un ejemplo: “Yo dije que tenía frío y tú me dijiste ‘traes muchos abrigos, ponte uno’, y fue en tono muy grosero”. Olivia repitió que no se percató de ello y pidió, con insistencia, que se lo hicieran ver en el momento. Pero Ninel no cedió: “Yo necesito mi tiempo para hablarlo”, sentenció.

Priscila, sentada entre ambas, mantuvo un rostro incómodo y evitó tomar partido. Comentó que pocas cosas la enojan, y que entiende que el juego genera roces, pero que no por ello se justifica todo. En medio de la creciente tensión, Arturo mantuvo su papel de mediador silencioso, sin intervenir, pero con gestos caballerosos que intentaban equilibrar la velada.

La cena transcurrió entre silencios, miradas duras y verdades a medias. El ambiente era tan tenso que “podía cortarse con cuchillo”. Fue entonces cuando Ninel soltó una frase que zanjó la conversación: “Uno de nosotros se va a salvar y otro se va a su casa, chavos”.

La casa comienza a dividirse y las emociones ya están a flor de piel. El juego apenas empieza… y ya hay heridas abiertas.

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Valeria Mireles