Se requiere vocación para ser médico: Jaime G. González

0
257

El 23 de octubre se celebra el Día del Médico en México, y para conocer un poco más del sentir de quienes se dedican a tan noble labor, acudimos a un consultorio.

Ahí nos atendió el doctor Jaime Gerardo González Prado, quien ponderó, se requiere de vocación y adoptar un estilo de vida para servir a los demás. 

Nació en Sahuayo, Michoacán. Egresado de la Universidad de Guadalajara, Generación 1972-78, tiene la especialidad de Ginecología; trabajó en el Hospital Civil de Guadalajara, y desde hace 20 años llegó a Puerto Vallarta, donde ha desarrollado una fructífera carrera, es casado y con tres hijos. 

NINGÚN PACIENTE DEJA DE OPERAR POR FALTA DE DINERO

Desde su infancia descubrió cuál sería su profesión, cuando tenía 6 años vio sufrir a su madre por una enfermedad, entonces los médicos cobraban 10 pesos la consulta, uno de ellos llegó, diagnosticó, era necesaria una operación, a lo que su padre dijo no contar con dinero para la cirugía, y el doctor no quiso darle ni siquiera algo para el dolor.

“Yo estaba atrás de la puerta… y dije, cuando sea grande nadie se me va a ir sin operarse, aunque no tenga dinero, y hasta la fecha regalo más de lo que cobro, pero quedo satisfecho”, advirtió.

Su preparación dice, no fue pesada; señala que lo primero que deben tener los médicos es vocación y disciplina. Reconoce, era un relajo, pero en cuanto entró se puso a estudiar, siempre con el 85 de promedio.

 “Esto no es una carrera, es un modo de vivir que te acompaña hasta la muerte, todavía estás en velatorio te están preguntando qué tomar porque les duele la cabeza”, compartió.

SIENTE BONITO NO LO LLAMEN POR SU NOMBRE, SOLO DOCTOR 

Entre risas  señaló que lo más difícil de ser médico, es cuando se van sin pagar, pero lo más fácil es: que un bebe nazca bien, tener un diagnóstico certero, no ser abusivo, y que la señora agradezca, pues son pacientes cautivos. 

Al salir de la facultad, recuerda, no tenía trabajo, no le gustaba que le dijeran doctor, pues se sentía mal; al entrar a la especialidad ya sintió bonito que no lo llamaran por su nombre, simplemente doctor.

“No soy como los artistas, que dicen que nacieron entre Dios y el hombre, yo soy el más humilde, y es una gran satisfacción que los pacientes me traigan gallinas, dulces y otros regalitos, porque significa que te dan parte de su corazón”, reconoció.

A más de 30 años de egresar, aún sigue en contacto con sus compañeros; conviven, ven cómo envejecen con dignidad y alegría, y se felicitaron mutuamente el fin de semana. El ser doctor dice, es una vida que le fascina.

Autor

  • Miguel González Guerra

    Orgulloso de ser pata salada, nací en la calle Púlpito a una cuadra de la playa Los Muertos y siempre he vivido en Puerto Vallarta. Egresado del Conalep, diplomado de Periodismo en la UNAM, cursé talleres de comunicación en el periódico El Financiero y la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Desde los 14 años trabajé en la rotativa y formato del diario Nuevo Día, en marzo de 1988 publiqué mi primera columna en Vallarta Opina, inicié con las fuentes de sociales y cultura. Laboré en otros dos diarios de la región y una estación de radio. Desde 1991 formé parte de las filas de Tribuna de la Bahía, en diferentes etapas, cubriendo información general, sobre todo las colonias populares, ejidos, delegaciones, iglesias, escuelas y gobierno. Me gusta pintar, leer, el cine, pasear por la naturaleza y pueblear alrededor.

    Ver todas sus publicaciones