A casi un siglo del milagro en Puerto Vallarta, se revive la peregrinación jurada
A punto de cumplirse un siglo de un hecho considerado milagroso y de renovar, desde entonces, un compromiso de fe, este 26 de junio las familias del Viejo Vallarta volverán a peregrinar por las céntricas calles de la ciudad, durante la fiesta patronal del Sagrado Corazón de Jesús, cumpliendo con el juramento firmado en 1926, cuando lo invocaron para evitar la llegada de un peligroso huracán al puerto.
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El párroco Arturo Arana López ha convocado a los feligreses este viernes a las 6:00 de la tarde, en la esquina de las calles 31 de Octubre y Juárez, para dar inicio a la tradicional peregrinación, que culminará con el repique de campanas a las 7:00 de la noche en el templo de Nuestra Señora de Guadalupe, donde se oficiará la solemne misa. Ese día, la imagen del Sagrado Corazón —ubicada junto al altar principal— se baja y se coloca al frente, adornada con flores y cortinas rojas, para presidir la ceremonia.
Los católicos asisten en su mayoría vestidos de blanco y rojo, y participan los grupos de apostolado, catecismo y Antorchistas. Caminan entonando alabanzas, acompañados al frente por grupos de danzas prehispánicas y un carro alegórico con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Esta procesión suele despertar la admiración tanto de locales como de turistas, muchos de los cuales desconocen su origen.
Al comenzar la misa se da lectura al histórico documento de hace 99 años. Fue el 6 de enero de 1926 cuando connotados habitantes del naciente municipio de Puerto Vallarta, entre ellos su primer presidente Jesús Langarica, así como representantes de comerciantes y campesinos, congregados por el entonces párroco Francisco Ayala, pidieron la intercesión del Sagrado Corazón ante fuertes tormentas y una tromba que puso en riesgo la vida y la economía de la población.
Tras el cese de las lluvias y los vientos, se declaró la Fiesta del Sagrado Corazón, que se celebra en junio, como la principal festividad del pueblo. Además, se estableció que en esa fecha los patrones debían dar el día libre a sus empleados y tratarse como hermanos, haciendo un llamado a que los comerciantes, en tiempos de calamidad, no subieran los precios de sus mercancías.
Desde entonces, se invita a los descendientes de aquellas familias a no dejar morir el recuerdo ni el agradecimiento, manteniendo viva la tradición de la peregrinación. En 2020, durante la pandemia de COVID-19, la fe fue invocada nuevamente en una ceremonia a puerta cerrada, en la que representantes de los sectores productivos y de la grey católica local firmaron un nuevo juramento, en presencia del obispo Luis Artemio Flores. Este compromiso fue renovado desde 2023, ya sin restricciones sanitarias.
