Ballenas grises enfrentan gran mortalidad en México durante 2025

Crisis ecológica por ballenas grises muertas en mares mexicanos se agrava en 2025, entre redes ilegales y omisiones
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Ballenas grises enfrentan gran mortalidad en México durante 2025

En lo que va de 2025, un total de 91 ballenas grises han sido encontradas muertas en aguas mexicanas, lo que representa una cifra récord frente a los 88 casos registrados en 2020. Este aumento de decesos ha generado preocupación entre científicos, organizaciones civiles y comunidades costeras, quienes ven en este fenómeno una señal clara del deterioro ecológico en los océanos nacionales.

Los datos recopilados hasta el 21 de mayo revelan que el número de nacimientos de crías también ha disminuido drásticamente. En este año solo se han contabilizado 69 nacimientos de ballenatos, lo que representa una caída del 90% respecto a 2017, cuando se reportaban cientos de alumbramientos. Lugares emblemáticos para la reproducción de ballenas, como Ojo de Liebre, San Ignacio y Bahía Magdalena, muestran una alarmante escasez de madres con crías.

Desde 2019, este fenómeno fue clasificado por autoridades ambientales como un “Evento de Mortalidad Inusual” (UME), atribuyendo su causa a la edad avanzada de los ejemplares y la falta de alimento provocada por el calentamiento del Ártico. Sin embargo, especialistas y activistas señalan que esta explicación resulta incompleta e incluso conveniente para evitar abordar otros factores más sensibles.

Entre esos factores se encuentran las redes ilegales de pesca y el control del crimen organizado sobre vastas zonas del mar mexicano. Diversos informes denuncian que, desde hace más de una década, el narcotráfico ha convertido el océano en ruta de tráfico y fuente de recursos ilícitos. La pesca ilegal de totoaba, altamente cotizada en el mercado negro asiático, ha contribuido al uso descontrolado de redes que también afectan a las ballenas.

Estas redes, muchas veces abandonadas o colocadas sin medidas adecuadas de seguridad, se convierten en trampas mortales para la fauna marina. Numerosos cadáveres de ballenas han sido localizados con señales de colisiones, enredos y mutilaciones, según lo documentado por organizaciones ciudadanas y científicos independientes.

Pese a la evidencia visible en varios casos, la mayoría de los cuerpos encontrados no han sido sometidos a necropsias. Activistas sostienen que no se trata de falta de indicios, sino de carencia de recursos institucionales y, en algunos casos, de encubrimiento deliberado para no vincular estas muertes con actividades ilegales.

Además del impacto en los ecosistemas marinos, la mortandad de ballenas tiene un efecto negativo en el turismo ecológico y la imagen ambiental del país. Comunidades que dependen del avistamiento de ballenas en temporada alta enfrentan ahora la incertidumbre sobre el futuro de esta actividad.

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EtiquetasBallenas
Adolfo Torres