Xóchitl Gálvez: Su hermana usó el nombre de la excandidata para poder secuestrar

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Jacqueline Malinali Gálvez Ruíz, hermana de la excandidata presidencial panista, Xóchitl Gálvez Ruíz, confesó en sus declaraciones haber usado los contactos y el reconocimiento del nombre de su hermana para atraer a sus víctimas, según informes de la Fiscalía General de la República (FGR).
Entérate: Dan 89 años de cárcel por secuestro a la hermana de Xóchitl Gálvez, Jaqueline Malinali
Entre los casos documentados se encuentra el de Marcela “N” y su chofer Rodolfo “N”, quienes fueron privados de la libertad el 22 de mayo de 2012 en el Estado de México tras acudir a un domicilio por invitación de la inculpada.
El operativo de rescate se llevó a cabo en flagrancia, encontrando a Gálvez Ruíz en posesión de más de dos millones de pesos y diversas alhajas, presuntamente obtenidas como pago por la liberación de las víctimas.
Posteriormente, el 25 de julio del mismo año, se ejercitó acción penal en su contra, identificándola con los alias de “Mali” o “Madrina”.
Delitos de secuestro y delincuencia organizada, lo que movía la hermana de la panista
La FGR la acusa de su responsabilidad en los delitos de delincuencia organizada, secuestro y posesión de cartuchos de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea Nacional. Desde su detención, ha permanecido interna en el Centro Estatal Femenil de Cieneguillas, en el Estado de Zacatecas.
El pasado 3 de marzo del 2025, la jueza Tercero de Distrito en materia penal en el Estado de México, Mariana Vieryra Valdés, dictó sentencia condenatoria en su contra, imponiéndole una pena de 89 años de prisión y una multa de 12 mil 473 días de salario, equivalentes a 734 mil 807.50 pesos. Sin embargo, la noticia apenas trascendió el pasado viernes 14 de marzo.
Jacqueline Malinali Gálvez Ruíz formaba parte de la organización criminal “Los Tolmex”, dedicada al secuestro, y que operaba en conjunto con otras células denominadas “Los Perros” y “Los Cancunes”.
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La estructura de la organización incluía el uso de casas de seguridad en Toluca, Estado de México, donde mantenían a las víctimas encerradas en jaulas de metal como método de confinamiento.