Más Caro el Caldo…

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Claudia Sheinbaum niega vínculos con el crimen organizado

Más Caro el Caldo…… Que las albóndigas. O le salió  el tiro por la culata. Cualquiera de estos dichos populares se aplican al fallido acto de culto a la personalidad que el gobierno de Claudia Sheinbaum organizó el pasado domingo 9 de marzo. El collar de desaciertos empezó con la grandiosa idea de hacer una concentración masiva en el Zócalo, muy al estilo López (Portillo y Obrador). ¿Qué clase de respuesta a un amago de aranceles es ir a llenar el zócalo con acarreados? Es algo igual de eficiente que patear la llanta de un coche cuando le falla el motor. ¿Quién asesora a la doctora? ¿Algún rival político? Solo así se explica un desatino tan setentero. Peor aún, días antes de que hiciera su jamaicada, Trump anunció que los mentados aranceles se posponían. Ya no había sustancia para ir a gastar esos millones del erario en el ocioso acto multitudinario. Pero estamos ante la 4T, donde la necedad es el sello de la casa. Sheinbaum dijo, de todos modos se hace el toquín, que sea un festival, y ahí van las fuerzas vivas a rendirle pleitesía a la presidenta; sin embargo, usando otra expresión popular salió peor el remedio que le enfermedad; a saber:

  1. El Desaire: Esa tarde nadie recordó el patriótico discurso de la presidenta, sin duda plagado de lugares comunes tipo: ¡A México nadie le grita! ¡Somos un pueblo unido que jamás será vencido!, etc. etc. Lo que resaltó fue la imagen de los cuadros fuertes de Morena (Monreal, Adán Augusto, Velasco y Alcalde, entre otros) dándole la espalda, no sabemos si deliberada o inadvertidamente, a la mandataria, por estar tomándose fotos con Andy López Beltrán, hombre fuerte del obradorismo. En un evento concebido para cantarle loas a la presidenta el que la hayan ignorado evidentemente la enchiló.
  2. La Tragedia: Por la tarde de ese infausto día, un autobús de la línea Fletes y Pasajes que transportaba “simpatizantes” morenistas de regreso del mitin se volteó aparatosamente en la carretera Mitla – Tehuantepec, en Oaxaca, con un saldo de 18 muertos y 24 heridos; la presidenta aseguró el lunes que se apoyaría a las familias de los afectados, y tuvo el buen tino de no minimizar el hecho llamándolo “incidente” como hizo cuando se derrumbó un tramo de la línea 12 del Metro en Tláhuac, con saldo de 26 muertos.
  3. La (Macabra) Coincidencia: Apenas unas horas antes de evento en el Zócalo, el colectivo Guerreros Unidos (no el gobierno, por supuesto, de ninguno de los tres ámbitos) encontró tres hornos crematorios clandestinos en el Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco. Huesos calcinados, zapatos, ropa, mochilas, libros, cartas… pertenencias de cientos de personas (en su mayoría hombres) que llegaron ahí en contra de su voluntad y que fueron reclutadas para trabajar con el crimen organizado y en caso de negarse, ser asesinadas, desmembradas, calcinadas y borradas de la faz del planeta. El horror recorrió el país y diversas partes del mundo, y las macabras fotos coincidieron desafortunadamente con las imágenes de nuestra presidenta alzando triunfal los brazos en el Zócalo, que, a pesar de ser el corazón de la república, en esos momentos estaba a años luz de distancia de su lacerante realidad.
  4. La Exhibida: La periodista Reyna Haydee Ramírez Hernández no le preguntó, le afirmó a la presidenta durante la conferencia mañanera del martes 11, algo que todo el mundo sabemos: que el domingo el Zócalo se llenó de acarreados, verdad contundente que la presi, otra vez muy al estilo de la 4T se aferró a negar con la esperanza de que sus huestes le creyeran. Las manidas frases de que no somos como los de antes y eso ya no pasa en el México de hoy de nada sirvieron para ocultar el enojo de la mandataria. La periodista le dijo de frente (lo que hace relevante este episodio) que sí, que sí eran acarreados, que sí los trajeron en camiones, que sí les dieron dinero por ir y que sí, muchos iban en contra de su voluntad, lo que sacó tanto de sus casillas a Sheinbaum (quien evidentemente es de mecha corta) que dio por terminada la desafortunada Mañanera.
  5. La Cereza del Pastel: Como colofón un recuerdito de allende la frontera: el representante de Estados Unidos en la Comisión de Drogas de la ONU, Cart Weiland, afirmó el lunes, en referencia al evento del domingo: “Ayer hubo una gran fiesta en el Zócalo. Mucha música, mucha fiesta. Quizás todos celebraban el fin del ‘abrazos, no balazos’. Pero parece demasiado pronto para festejar cuando mujeres y niños siguen siendo asesinados a tiros.

Si la presidenta quería fortalecer su imagen, pudo haberse ahorrado el derroche. Después de todo, las plazas públicas las deben llenar los ciudadanos, no el gobierno con dinero del erario. Así no vale. Como decía Charles Baudelaire: El más imperdonable de los vicios es hacer el mal por necedad.

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