Llantera “ambulante” opera en zona turística privilegiada en Bahía de Banderas (VIDEO)

En Bahía de Banderas, Nayarit, un caso particular ha puesto en evidencia posible corrupción y el descontrol en la regulación del comercio informal en la región.

Una llantera que inició como un servicio ambulante en la vialidad de ingreso a Punta de Mita ha logrado establecerse de manera permanente, sin pagar  impuestos, licencias ni derechos por el uso del suelo, gracias a la complicidad o descuido de funcionarios que han permitido su operación.

Todo comenzó cuando un individuo estacionó una camioneta destartalada en la zona, ofreciendo servicios de reparación de llantas de manera ambulante.

Durante meses, su actividad pasó desapercibida, pues trabajaba por las mañanas y se retiraba antes del mediodía para evitar ser detectado.

Sin embargo, con el tiempo, amplió sus servicios, incorporando la venta de llantas usadas, conocidas como “gallitos”.

Poco a poco, extendió su horario de operación hasta que, de manera sorprendente, se quedó por las noches.

Hoy en día, el negocio ya cuenta con un espacio físico consolidado en una ubicación estratégica y privilegiada sin haber invertido un solo peso en terreno, permisos o servicios.

Este caso es sólo un ejemplo de una problemática mayor: el comercio informal que invade banquetas, bocacalles, zonas federales, áreas verdes y de donación, afectando gravemente a los negocios formalmente establecidos.

Detrás de esta proliferación de puestos fijos y semifijos, existe una red bien estructurada de corrupción, en la que servidores públicos deshonestos permiten, e incluso fomentan, estas actividades ilegales a cambio de sobornos e igualas mensuales.

Este tipo de irregularidades no sólo impacta negativamente a los comerciantes que cumplen con sus obligaciones fiscales y administrativas, sino que también genera pérdidas económicas para los municipios, los estados y la federación.

Al no pagar impuestos ni derechos, estos negocios informales debilitan las finanzas públicas y fomentan la competencia desleal, afectando la economía local y el desarrollo ordenado de las ciudades.

Vecinos de Bahía de Banderas han manifestado su asombro, pero también su resignación ante la falta de acción de las autoridades. “Esto es México. Esto es Nayarit. Esto es Bahía de Banderas”, comentan con desaliento al ver cómo este tipo de negocios clandestinos logran consolidarse con la protección de servidores públicos poco éticos.

El problema del comercio informal no es nuevo, pero casos como el de esta llantera evidencian la falta de voluntad política para combatirlo.

Si las autoridades continúan haciendo caso omiso y permitiendo que estos negocios operen fuera de la legalidad, la situación seguirá agravándose, afectando a los ciudadanos, a la imagen turística de Punta de Mita, a Nayarit y al desarrollo económico del país.