Menos de un mes

El pasado fin de semana largo estuvo cargado de noticias. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “cumplió” con su promesa de imponer aranceles del 25% a México y Canadá, y 10% a China. Pero, horas después del acuerdo entre los presidentes, la Casa Blanca oficializó la decisión de retrasar la aplicación de aranceles del 25% a mercancías nacionales, por lo menos hasta el próximo 4 de marzo.
A raíz de eso hubo reacciones de los mercados, de los países y al interior de Estados Unidos de diversos estados y organizaciones de comercio. Llevó al tipo de cambio a escalar por ahí de los $21.60 y a los mercados bursátiles a tener caídas.
Las reacciones no se hicieron esperar de los socios comerciales afectados. Algunos fueron más prudentes que otros, pero al final del día todos mostraron su inconformidad con esa decisión del gobierno de Estados Unidos que deja el T-MEC como letra muerta.
Cuando Estados Unidos impone un impuesto extra (arancel) del 25% a los productos mexicanos, las empresas que venden al país vecino deben pagar más dinero para exportar. Esto hace que fabricar y vender sus productos sea más caro.
Las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), como negocios familiares que exportan alimentos, autopartes o textiles, podrían tener dificultades para seguir vendiendo a EE.UU. porque sus ganancias son más pequeñas y no pueden absorber estos costos extra.
Si los productos mexicanos se encarecen demasiado, los compradores en Estados Unidos podrían preferir mercancía de otros países donde no hay impuestos tan altos, afectando las ventas y los empleos en México.
En este mes el gobierno debe demostrar que sí hay un verdadero plan y debe ejercer su liderazgo. El hubiera no existe, pero debió haber existido un plan concreto desde que la presidenta era candidata para poder manejar de manera exitosa la amenaza Trump.
Sin embargo, lo que se ha visto es mucha desidia, bajo liderazgo y desorganización, desde octubre que tomó el cargo.
Mucho se habla del Plan México, pero surgen dudas: puedes tener el mejor plan del mundo en materia económica, pero si no lo implementas y ejecutas bien de nada va a servir.
Dependemos de nuestro cliente más importante, más del 30% de nuestro PIB son los productos que les vendemos. La estrategia debería estar ligada a buscar nuevos clientes en el exterior y fortalecer nuestro mercado interno. Pero, como hemos visto, nuestro país va en franca recesión por las malas decisiones que se han tomado.
El gobierno priorizó terminar de cooptar a los demás poderes que la economía nacional. Estaban tan concentrados en esa misión que este tema de los aranceles los tomó con los dedos en la puerta.
La presidenta Claudia Sheinbaum , mencionó que México siempre negocia y dialoga con otras naciones con la frente en alto, nunca agachando la cabeza.
La razón por la que se realizó esta imposición económica se debe a la crisis de migración y drogadicción que pasa Estados Unidos. Según las órdenes ejecutivas, los gobiernos canadiense y mexicano no han realizado suficientes esfuerzos para detener la migración ilegal y las drogas ilícitas, por lo que Trump declaró una emergencia nacional.
La presidenta tiene la compleja tarea de operar hacia el interior de los grupos de poder y poderes fácticos para jalarlos hacia lo que ella denominó el Plan México, que en la letra no suena mal, ya veremos en la ejecución. Para eso tiene menos de un mes.