“Emilia Pérez” de Jacques Audiard, 2024

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“Emilia Pérez” de Jacques Audiard, 2024
★★

En el corazón de “Emilia Pérez” hay una buena película, pero hay tantas cosas que no están bien que es imposible no terminar decepcionado. Sólo los que no tienen idea de lo que pasa en México, y que no entienden español, pueden pasarlas por alto y premiarla o considerarla buena.

Antes de extenderme vamos al grano:
¿Es buena? No ¿Merece las nominaciones? Algunas, pero no le daría ningún premio, en especial por la música. ¿Recomiendo que la vean? No, no vale la pena ni por el morbo.

Ahora si, si me tienen paciencia, vayamos punto por punto porque hay mucho que comentar.

Primero, la película nos narra la historia de Rita, una abogada poco apreciada por su firma de la Ciudad de México que es contratada por “El Manitas”, uno de los narcos más conocidos y peligrosos, para que le ayude a cambiar de sexo y de vida, convirtiéndose en Emilia Pérez.

¿Porqué está ganando tantos premios si no es buena?

Voy a empezar con un símil. Hace dos años vimos la película de la India “RRR”. Como no entiendo nada de ninguna de las lenguas hindúes no sé si los actores pronunciaban bien o no, ni si eran hindúes o de otra raza, y con que medio cantaran y bailaran bien yo disfruté los números musicales. Como no conozco mucho de la historia de la India ni su cultura, no sé si poner a los protagonistas como superhéroes fue una falta de respeto o no. Y por lo tanto, dentro de mi ignorancia, “RRR” me pareció una extraordinaria película. Así es como los europeos y gringos están juzgando a “Emilia Pérez”, desde su ignorancia.
La gran diferencia es que “RRR” fue hecha en la India por hindúes, y “Emilia Pérez” fue hecha en Francia, por personas que abiertamente han dicho que no conocen México ni investigaron nada ni hablan español. Y es ahí donde los críticos deberían investigar un poco antes de juzgar. No menos importante es que la Emilia Pérez del título es interpretada por una mujer trans, y como en estos días acabamos de ver en UK y Alemania, criticar algo que tenga que ver con género y raza está mal visto, aunque no tenga nada que ver con la calidad de la película. Creo que estas dos cosas tienen mucho peso en que los críticos y el público estemos viendo una película diferente.

¿Qué tiene de bueno?

La verdad es que el director es bueno, y técnicamente la película luce bien. La idea es un tanto descabellada pero se las arregla para darle cierto sentido, con personajes interesantes, y con un buen ritmo. El hecho de que sea musical es un riesgo pero está bien manejado. La primera hora de película es bastante buena (salvo la escena del juicio que ya tocaré más adelante y la canción de cambio de género).
Pero en cuanto Emilia se propone ayudar a encontrar desaparecidos del narco, toda la coherencia se va por la ventana, la película se contradice todo el tiempo, el poco español se va por la borda, la música y los números musicales empeoran y ya es imposible rescatarla. El final es estupendo si hubiese sido una historia de narcos con actores mexicanos, pero como no lo es, resulta hasta ridículo.

¿Es de verdad un problema el español?

En Latinoamérica sabemos muy bien que un mal doblaje te puede arruinar una película. No importa si la película te está gustando, si el doblaje es malo terminas decepcionado. Pues acá se nota a leguas que salvo Karla Sofía y uno que otro secundario con dos diálogos, los demás actores no hablan español.
También se nota muchísimo que el guión es una traducción literal de un guión escrito en otro idioma. Introducir groserías aquí y allá no hace una frase coloquial. Hay frases, expresiones, dichos que suenan muy falsos. Hay rimas forzadísimas en las canciones que un compositor mediocre no haría. Y esto lo tienes que soportar por dos horas. La experiencia es muy molesta de verdad. Y el español mal hablado afecta mucho a las actuaciones.
Una de las cosas que hacen que la actuación de Karla Sofía sea destacable son esos pequeños guiños de entonación que hace cuando está hablando, y que sólo alguien que domina el idioma y sabe lo que está diciendo puede hacer. Se nota que vivió en Ciudad de México porque domina las expresiones y el modo de hablar chilango. Zoe no los tiene, y mucho menos Selena. Obvio, si eres un espectador que no entiendes español, esto te es indiferente, tu ves a Selena gritando y dices “que buena actriz que está sufriendo”, aunque las palabras que salen de su boca no las entienda ni ella ni tu.
Cuando Hollywood ha sido tan exigente con los mexicanos por no dominar el inglés, pasar por alto estos problemas se me hace injusto.

¿Qué hay de la música?

Los números musicales son de medio buenos, a mediocres, a “de pena ajena”. Hay algunos números que no están mal, que suenan más o menos bien, que la coreografía funciona, pero en los que la letra es de reguetonero malo. Otros son ridículos, como el de la clínica de cambio de sexo. Lo más triste es que la cosa va decayendo y decayendo.
El número que ganó el Globo de Oro, llamado “El Mal”, no sólo es el peor de toda la película en lo musical (la música es horrorosa), sino en lo vocal (Karla Sofía no canta nada), lo coreográfico (Zoe canta sobre lo corruptos que son los presentes mientras hace gestos orgásmicos) y en la letra (“Paga, págale al cártel, bombón, Ya están sentados en tu pinche trono”).
Aunque no soy fan de los musicales en general, si reconozco varios que tienen una enorme calidad, y en este detesté la mayor parte de la música.

¿Las actuaciones?

Las tres protagonistas hacen lo que pueden con el material que les dieron y las circunstancias. Sus personajes sí tienen cierta profundidad y oportunidad de lucirse, pero el idioma es una barrera enorme que les quita mucho. Sólo Karla Sofía sale bien librada porque si lo habla. Ahora bien, es un personaje a la medida porque se trata de un hombre que se convierte en mujer y casi casi se interpreta a si misma.
Como decía antes, le imprime ciertos detalles que la hacen lucir, pero nada que no le hayamos visto a grandes actrices de habla hispana, es sólo un muy buen trabajo, pero no el mejor del año. De entrada Demi Moore estuvo mucho mejor.

¿La representación de México?

Aquí es donde la película tiene su error y problema más grande. Se pinta un México basado en lo que los franceses han visto del cine, sin la menor idea de cómo son las cosas acá. La película inicia con un juicio donde hay un jurado vestido como los de Inglaterra, sólo les faltaron las pelucas, cosa que acá no existe. Las afueras de la Ciudad de México se pintan como el desierto fronterizo, totalmente falso. Y así una tras otra anacronía de lo mexicano. Pero sobre todo, y lo más lamentable, encontrar desaparecidos se pinta como si fuese algo muy fácil que se puede lograr sólo con querer y con narcos arrepentidos.
Lo cuál no sólo resulta ridículo, sino insultante para tanta gente que ha dedicado años de su vida a tratar de localizar a sus seres queridos sin éxito. Además se trata de un error argumental que va en detrimento del personaje de Emilia. Lejos de dignificar el cambio de sexo y reconocer el dolor y sufrimiento que hoy en día significa hacerlo, la resiliencia que se necesita, acá se pinta a Emilia como inestable, como necesitada de redención aparte, como que sigue siendo el mismo que fue, y que el martirio es la única oportunidad de lograrlo.

Por si todo esto no fuera suficiente para que a la gente no le guste la película, la actitud de sus realizadores desde su estreno en Cannes le ha agregado leña al fuego. Como decía, el director abiertamente ha dicho que no investigó nada sobre México y que no habla español, y esto se nota a leguas en la película. La directora de casting afirmó que no trabajaron mexicanos en la película porque no encontraron gente capaz, cuando el trabajo que se ve deja mucho que desear y hay montones de mexicanos que podrían hacerlo igual o mejor. Cuando han ganado premios se han agradecido todos entre sí, y nadie ha mencionado a México o a los desaparecidos ni por error. Y el más triste de todos, es que Karla Sofía Gascón ha tomado como un ataque de género cualquier crítica a la película, bloqueando a gente en redes sociales y armando una guerra contra cualquiera que se atreva a hablar mal del filme, cuando que el hecho de que sea protagonizada por una mujer trans no tiene nada que ver con la calidad final, al contrario, creo que ella es lo mejor de la película.

Parece que su camino al Oscar es inminente. Parece que los críticos pueden obviar todos los defectos de la película con tal de no enemistarse con ciertos sectores o ciertos productores (es una película producida por Netflix, con la que muchos cineastas tienen contratos vigentes).

Pero si es así, estoy seguro que ganar el Oscar no la hará pasar a la historia como una de las grandes películas de esta década o de este año, sino en la lista de todas esas películas que no debieron ganar nunca un premio.

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