Trump y Musk pierden su primera batalla política en EU

El expresidente Trump y el magnate de la tecnología Elon Musk habían convertido la posibilidad de un cierre de gobierno en una bandera política
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En una madrugada tensa y decisiva, el Congreso de Estados Unidos aprobó un paquete de financiación emergente que garantiza el funcionamiento del gobierno federal hasta marzo de 2025, después de semanas de intensas negociaciones y amenazas políticas.

Esta votación supone una derrota significativa para Donald Trump y Elon Musk, quienes habían liderado un movimiento de presión en contra de la medida.

El expresidente Trump y el magnate de la tecnología Elon Musk habían convertido la posibilidad de un cierre de gobierno en una bandera política, utilizando sus plataformas y redes para presionar a los congresistas republicanos.

Argumentaban que un cierre era necesario para forzar recortes en programas sociales y proyectos ambientales respaldados por la administración de Joe Biden.

Ambos también buscaron fortalecer su influencia política, Trump en su calidad de candidato presidencial para 2024 y Musk como figura influyente entre sectores conservadores.

En un movimiento sin precedentes, Musk utilizó la red social X (antes Twitter) para amenazar con campañas de difamación y financiamiento en contra de los legisladores que apoyaran la financiación gubernamental, mientras Trump organizaba mitines donde calificaba de “traidores” a los republicanos dispuestos a negociar con los demócratas.

Pese a las presiones, un bloque bipartidista emergió en el Congreso, liderado por los senadores Mitch McConnell (republicano) y Chuck Schumer (demócrata), quienes lograron consolidar los votos necesarios para evitar el cierre del gobierno. La medida fue aprobada con 71 votos a favor en el Senado y 312 en la Cámara de Representantes, reflejando un amplio consenso que desafió las divisiones partidistas.

La financiación aprobada permite a las agencias gubernamentales operar sin interrupciones hasta marzo de 2025, asegurando recursos cruciales para programas de salud, educación y seguridad. Esta decisión trae un alivio significativo para los más de dos millones de empleados federales, contratistas y sus familias, quienes enfrentaban la incertidumbre de un posible cierre que habría afectado desde el pago de sus salarios hasta el funcionamiento de servicios esenciales.

Tras la derrota, Trump calificó la votación como un “atentado contra el pueblo estadounidense”, prometiendo tomar represalias contra los legisladores republicanos que “traicionaron” su movimiento. Musk, por su parte, publicó un mensaje en X asegurando que “esto no es el final” y anunciando su intención de involucrarse más activamente en las próximas elecciones legislativas.

Este desenlace refuerza la confianza en la capacidad del Congreso para evitar paralizaciones que afecten la economía y el bienestar de millones. También envía un mensaje claro a figuras políticas y empresariales que intentan influir en los procesos democráticos a través de la coacción o las amenazas.

Con el gobierno asegurado hasta 2025, las agencias podrán planificar a largo plazo y los empleados federales no tendrán que preocuparse por interrupciones salariales. Esta es, sin duda, una buena noticia para quienes dependen de un gobierno funcional para mantener sus vidas y negocios a flote.

Sin embargo, la batalla política está lejos de terminar. La intervención de Trump y Musk en este proceso pone de manifiesto un cambio en la dinámica política de Estados Unidos, donde los líderes empresariales y mediáticos buscan cada vez más influir en el destino del país.

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