Guardianes apalean a Tigres y se llevan el Juego 1 de la SDLA

No siempre es el estilo más llamativo, ni el más vistoso. A veces, mientras miras el juego, apenas te das cuenta de cómo el marcador va sumando carreras.

Sin embargo, cuando llegas al noveno inning y ves a los Guardianes con la ventaja y al cerrador dominicano Emmanuel Clase en el montículo, sabes que fuiste superado.

Así es la “Guards Ball”, un estilo de juego particular que llevó a Cleveland a imponerse 7-0 sobre los Tigres en el Juego 1 de la Serie Divisional de la Liga Americana este sábado en el Progressive Field.

Este término, acuñado por el utility de los Guardianes, David Fry, a principios de la temporada, captura la esencia de un equipo que desgasta a sus rivales con un enfoque meticuloso.

Este estilo se basa en pequeñas, pero significativas acciones: bases por bolas, sencillos, corrido de bases inteligente, toques de sacrificio y jugadas que presionan a la defensa contraria hasta el punto de cometer errores.

El juego comenzó con un doble de Steven Kwan contra la barda en la primera entrada.

Fry negoció una base por bolas, y el dominicano José Ramírez conectó un rodado fuerte hacia la tercera base que el defensor de los Tigres, Zach McKinstry, no pudo manejar, lo que permitió que Cleveland anotara la primera carrera. Desde ese momento, la “Guards Ball” tomó el control.

Con corredores en segunda y tercera y el cuadro de los Tigres jugando adentro, Josh Naylor pegó un sencillo por el lado derecho del infield, trayendo otra carrera al plato. Luego, Lane Thomas coronó el rally con un jonrón de tres carreras, convirtiendo a Cleveland en el primer equipo de la Liga Americana en anotar cinco carreras antes de registrar un out en un juego de playoffs.

La ejecución de la Guards Ball: factor imparable

Cleveland no aflojó el ritmo. En la sexta entrada, con Jhonkensy Noel y Kwan en las bases tras recibir boletos gratis, Fry nuevamente tomó un turno de calidad que terminó en un doblete con dos outs, impulsando dos carreras más. Cada turno al bate reflejaba la filosofía de los Guardianes: paciencia, presión constante y aprovechar los errores del rival.

Esta táctica no solo depende de la ofensiva, también es vital en el cuerpo de lanzadores. Cade Smith, junto a Clase, Hunter Gaddis y Tim Herrin, cubrieron las últimas 4.2 entradas del juego sin permitir anotaciones.

Con un bullpen tan dominante, el trabajo de la ofensiva es simplemente asegurarse de darle la ventaja.

Para los Guardianes, el camino a la victoria fue una combinación perfecta de disciplina en el plato y una ejecución impecable desde el montículo.

Si pueden mantener esta fórmula a lo largo de la serie, será extremadamente difícil que los Tigres, o cualquier otro equipo, los detenga. (Con información de mlb.com)