Muere a los 117 años la persona más vieja del mundo, la española María Branyas
María Branyas Morera, la persona más anciana del mundo, falleció a los 117 años en la madrugada del martes.
Su familia informó que murió “mientras dormía, tranquila y sin dolor”, después de haber sobrevivido a numerosas adversidades a lo largo de su vida.
La familia de Branyas anunció su fallecimiento a través de la red social X, donde compartieron las últimas palabras de la anciana:
“Hace unos días nos decía: un día me iré de aquí… Y dejaré de existir en este cuerpo. Un día que desconozco, pero que está muy cerca”. La familia la recordó por “sus consejos y su bondad”.
El lunes, Branyas había anticipado su inminente partida, declarando: “Me siento débil. Se acerca la hora. No lloréis, no me gustan las lágrimas. Y sobre todo, no sufráis por mí. Allí donde vaya seré feliz”.
Salvador Illa, presidente del Gobierno regional catalán, expresó su pesar por la muerte de “la abuela de Cataluña”, destacando que fue “una mujer entrañable que nos enseñó el valor de la vida y la sabiduría de los años”.
María Branyas fue reconocida como la persona más longeva del mundo por el Grupo de Investigación Gerontológica de Estados Unidos y el libro Guinness de los récords, superando a la francesa Lucile Randon, quien falleció en enero de 2023 a los 118 años.
Nacida en San Francisco el 4 de marzo de 1907, Branyas vivió una vida notable. Superó la pandemia de gripe de 1918, dos guerras mundiales, la Guerra Civil española y el covid-19, del cual se recuperó tras contraerlo a los 113 años. Desde hacía más de 20 años, residía en la ciudad catalana de Olot.
La longevidad de Branyas fue objeto de estudio por parte de un equipo de la Universidad de Barcelona. Según el catedrático Manel Esteller, a pesar de su avanzada edad, Branyas mantenía “la cabeza completamente lúcida” y no padecía enfermedades cardiovasculares, aunque presentaba problemas de movilidad y audición.
La persona más anciana autenticada fue la francesa Jeanne Calment, quien vivió 122 años y 164 días, falleciendo en 1997. Tras la muerte de Branyas, la japonesa Tomiko Itooka, nacida el 23 de mayo de 1908, se convierte en la persona más longeva del mundo, con 116 años.